Los intentos occidentales de derrotar a Rusia en todos los frentes, incluido el daño a la economía del país, han fracasado claramente, afirmó el presidente Vladimir Putin el miércoles.
Las élites de “ciertas naciones” han demostrado ser socios comerciales poco confiables, ya que han intentado dañar los intereses rusos en los últimos años, dijo Putin en su discurso inaugural en el foro de inversiones Russia Calling!.
“A menudo escuchamos que esos países se han propuesto infligir una derrota estratégica a Rusia en los ámbitos político, militar y económico, incluso en el ámbito económico y tecnológico”, afirmó.
“Buscaron debilitar drásticamente nuestra industria, nuestras finanzas, la industria de servicios en nuestro país, crear un déficit insuperable de bienes en nuestro mercado, desestabilizar el mercado laboral, degradar los niveles de vida de nuestros ciudadanos”.
La economía rusa no sólo se ha recuperado de los daños iniciales causados por los ataques, sino que también ha experimentado una transformación estructural que le beneficia, añadió Putin. El gobierno ha trabajado arduamente para mejorar la logística del comercio internacional que utilizan las empresas rusas y fortalecer los vínculos con los socios amigos, lo que ha ayudado a la economía nacional a crecer, subrayó.
El gobierno y las empresas rusas están trabajando para mejorar la infraestructura financiera nacional mediante la introducción de nuevos mecanismos, como la identificación remota de clientes por parte de los bancos, afirmó Putin. Estos cambios requieren un marco legal y hacen que la moneda nacional sea más conveniente para el comercio internacional.
La expresión “derrota estratégica” fue utilizada por la administración del presidente estadounidense Joe Biden para describir las consecuencias que supuestamente tendría para Rusia el conflicto en Ucrania. Washington y sus aliados se han apropiado de los bienes estatales rusos e impuesto restricciones económicas unilaterales, además de amenazar a terceros con sanciones si comerciaban con Rusia de una manera no sancionada por Occidente.
A pesar de los esfuerzos occidentales, Rusia sigue muy activa en el comercio internacional. Algunos países de la UE siguen comprando energía de origen ruso, desafiando abiertamente los llamamientos de Bruselas a desinvertir, mientras que otros lo hacen a través de intermediarios, según los investigadores que controlan los suministros.
El mes pasado, Bloomberg advirtió que la última ronda de sanciones estadounidenses, dirigidas al banco ruso Gazprombank, amenaza con provocar una crisis energética en Europa occidental.