No, el acuerdo de paz para Ucrania no está cerca. Pero cuando este se alcance, no puede ser un pacto que vaya a favor de Rusia. Esa es la premisa en la que ha insistido este martes la OTAN a través de su secretario general, Mark Rutte.
“En el momento en el que lleguemos a un acuerdo sobre Ucrania, tiene que ser un buen acuerdo. No podemos tener a Kim Jong Un, Xi Jinping y a otros celebrando un mal acuerdo, esto puede dar ideas a otros. Es crucial para la seguridad no solo en Europa sino en Estados Unidos y el Indo-Pacífico”, comentó el neerlandés en la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza, que se celebra estos días en Bruselas.
Rutte tiene claro que el conflicto, claramente orientado ahora en favor de Moscú, se ha enquistado y que de momento nadie habla de un acuerdo de paz. Volodimir Zelenski, por su parte, sigue pidiendo apoyos para su “plan de victoria” frente a Putin, mientras los socios insisten en la necesidad de aumentar la ayuda a Kiev sobre todo dado el deterioro de sus fuerzas sobre el campo de batalla. Para la OTAN, esto no va solo del Kremlin, sino que afecta al mundo entero e implica a más actores.
Algunas fuentes diplomáticas van asumiendo ya que el 2025 tendrá que ser el año en el que se negocie la paz, pero de momento solo se habla -y muy por encima- de la opción de cerrar un alto el fuego siempre y cuando Ucrania quede bajo el paraguas de la Alianza Atlántica, aunque con ello tenga que ceder territorio. Zelenski no se ha pronunciado abiertamente sobre ello, pero las fórmulas empiezan a aparecer para que el conflicto no se alargue mucho más en el tiempo.
En ese escenario, Rutte recalca que, en la medida de lo posible, Kiev tiene que llegar en una posición ventajosa a la mesa de negociaciones. “Creo que no hace falta debatir cada paso sobre un proceso de paz sino asegurar que Ucrania tenga una posición de fuerza para que cuando las conversaciones empiecen, porque el gobierno ucraniano así lo decide, lo haga desde una posición de fuerza”, resumió, dejando claro otra vez que “no vale” cualquier pacto con Putin. Asimismo, no considera que el foco tenga que estar ahí en estos momentos, sino en mantener el respaldo a Ucrania “el tiempo que sea necesario”.
Hasta que ese momento llegue, la OTAN tiene que seguir suministrando apoyo militar a Ucrania, expuso el secretario general, que no quiso profundizar en los efectos que podría tener en esto la vuelta en enero de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Precisamente el Gobierno estadounidense -todavía con Joe Biden a la cabeza- ha anunciado este martes un nuevo paquete de ayuda para Kiev de un total de 725 millones de dólares (unos 690 millones de euros). Ese nuevo impulso incluye armas, misiles y sistemas de defensa antiaérea.