La visita de Tusk se produce un mes antes de que Polonia asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea, integrada por 27 miembros. Los funcionarios polacos afirman que su prioridad es instar a los europeos a reforzar las defensas en un momento de agresión rusa y de cambios inminentes en Washington. A algunos líderes europeos les preocupa que la administración entrante de Donald Trump pueda estar menos comprometida con la defensa de Europa.
El gobierno y el ejército polacos comenzaron a construir este año el sistema, denominado “Escudo del Este”, que abarcará unos 800 kilómetros a lo largo de las fronteras polacas con Rusia y Bielorrusia, en un momento en que los funcionarios occidentales acusan a Rusia de lanzar ataques híbridos contra Occidente que incluyen sabotaje, uso de la migración como arma, desinformación y otras medidas hostiles.
“Cuanto mejor se protege la frontera polaca, más difícil es el acceso para aquellos con malas intenciones”, dijo Tusk en una conferencia de prensa cerca del pueblo de Dabrowka mientras permanecía de pie frente a barreras antitanque de hormigón.
Más tarde, Tusk publicó en X: “¡El primer tramo del Escudo del Este en la frontera con Rusia está listo! Durante mi encuentro con los soldados a 200 metros de la frontera me sentí realmente seguro”.
Polonia ha estado a merced de vecinos agresivos durante los últimos siglos y se ha convertido en una voz líder en Europa en materia de seguridad en un momento en que Francia y Alemania se ven debilitadas por problemas políticos internos. Polonia aspira a destinar el 4,7% de su producto interior bruto a defensa el año que viene, lo que la convierte en uno de los países líderes de la OTAN en materia de gasto en defensa.
El Gobierno de Tusk estima que el proyecto militar estratégico costará al menos 2.350 millones de euros. Las fronteras de Polonia con Rusia, Bielorrusia y Ucrania son las fronteras exteriores más orientales tanto de la Unión Europea como de la OTAN.
Tusk dijo que esperaba que el Escudo Oriental eventualmente se expandiera para proteger a los pequeños estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania.
“Todo lo que hacemos aquí –y lo haremos también en la frontera con Bielorrusia y Ucrania– tiene como objetivo disuadir y desanimar a un posible agresor, por lo que se trata de una auténtica inversión en la paz”, afirmó Tusk. “Gastaremos miles de millones de zlotys en esto, pero ahora mismo toda Europa observa estas inversiones y nuestras acciones con gran satisfacción y las apoyará si es necesario”.
Tusk dijo que quiere que los polacos “se sientan más seguros a lo largo de toda la frontera oriental”. Tusk también dijo que las fortificaciones incluirían la frontera de Polonia con Ucrania, un aliado cercano, pero no dio más detalles.
A lo largo de la frontera se integrarán barreras antitanque conocidas como “erizos” con barreras naturales como zanjas. Tusk dijo que algunas partes del proyecto no son visibles a simple vista, pero que es, no obstante, el proyecto más grande de su naturaleza en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Los planes también incluyen la construcción de sistemas apropiados de reconocimiento y detección de amenazas, bases avanzadas, centros logísticos, almacenes y el despliegue de sistemas antidrones, informó la agencia estatal de noticias PAP.