La policía rusa allanó varios bares y clubes nocturnos en Moscú el sábado como parte de la ofensiva del gobierno contra la “propaganda LGBTQ+”, informaron los medios estatales.
Se incautaron teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y cámaras de video, mientras que los agentes inspeccionaron los documentos de los asistentes al club, dijeron los medios rusos citando fuentes policiales.
Las redadas se producen exactamente un año después de que el Tribunal Supremo de Rusia dictaminara que el “movimiento LGBTQ+” debería ser prohibido por ser una “organización extremista”.
Su decisión siguió a una ofensiva de décadas contra los derechos LGBTQ+ en Rusia, donde el presidente Vladimir Putin ha promocionado los “valores familiares tradicionales” como piedra angular de su cuarto de siglo en el poder.
Las imágenes compartidas en las redes sociales parecen mostrar a los asistentes a una fiesta a quienes la policía les ordena que se tiren al suelo mientras los agentes recorren la discoteca Arma de Moscú.
Según informaron los medios rusos, el bar Mono de la capital también fue objeto de ataques. En una publicación en Telegram el sábado, la dirección del club no hizo referencia directa a un incidente con la policía, pero escribió: “Amigos, lamentamos mucho lo que pasó. No encontraron nada prohibido. Vivimos en tiempos así, pero la vida debe continuar”.
El sábado, la policía también detuvo al director de la agencia de viajes “Men Travel” en virtud de las leyes anti-LGBT, informó Tass. La agencia de noticias dijo que el hombre de 48 años era sospechoso de preparar un viaje para “partidarios de valores sexuales no tradicionales” que visitarían Egipto durante las vacaciones de Año Nuevo en Rusia.
Las redadas reflejan las preocupaciones de los activistas rusos que advirtieron que la designación por parte de Moscú del “movimiento LGBTQ+” como “extremista” —a pesar de no ser una entidad oficial— podría hacer que las autoridades rusas repriman a voluntad a grupos o individuos.
Otras leyes recientes también han servido para presionar a aquellos que el gobierno ruso considera que no están en línea con los “valores tradicionales” del país.
El 23 de noviembre, Putin firmó una ley que prohíbe la adopción de niños rusos por parte de ciudadanos de países donde la atención con afirmación de género es legal.
El líder del Kremlin también aprobó una ley que prohíbe la difusión de material que anime a las personas a no tener hijos.