El equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está considerando mantener conversaciones directas con el líder norcoreano Kim Jong Un en un esfuerzo por reducir los riesgos de un posible conflicto armado, informó Reuters el martes, citando fuentes.
El líder norcoreano acusó este mes a Estados Unidos de alimentar la tensión y las provocaciones, afirmando que al hacerlo Washington está aumentando el riesgo de una guerra nuclear.
Personas familiarizadas con el asunto dijeron al medio que un objetivo inicial sería restablecer un compromiso básico y romper el hielo con Kim. Sin embargo, el presidente electo no ha tomado ninguna decisión final, dijeron las fuentes.
La semana pasada, Trump nombró al ex funcionario del Departamento de Estado Alex Wong, quien estuvo entre quienes supervisaron la estrategia hacia Corea del Norte durante su primer gobierno, como asesor adjunto de seguridad nacional.
Al comienzo de su primer mandato presidencial, Trump se burló de Kim llamándolo “Pequeño Hombre Cohete” y amenazó con desatar “fuego y furia” si Corea del Norte continuaba con sus pruebas nucleares. Los dos líderes intercambiaron insultos y lo que Trump calificó de “hermosas” cartas, en las que Kim llamó a Trump “viejo”.
Entre 2018 y 2019, se reunieron tres veces: en Singapur, Hanoi y en la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ) que divide la península entre el Norte y el Sur. La histórica reunión en la DMZ marcó la primera vez que un presidente estadounidense en funciones pisó Corea del Norte.
Trump describió sus conversaciones como una etapa de “enamoramiento”, aunque las negociaciones no lograron asegurar un acuerdo de desnuclearización ni un alivio de las sanciones.
Sin embargo, el compromiso diplomático entre Trump y Kim facilitó un breve deshielo en la península de Corea, que desde entonces ha sido reemplazado por un período de hostilidad entre el Norte y el Sur.
El informe señaló que Kim ignoró cuatro años de intentos del ahora presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, de iniciar conversaciones sin condiciones previas.
Bajo la administración Biden, Washington y Seúl han reanudado los ejercicios militares conjuntos. Pyongyang considera que estos ejercicios representan una gran amenaza para la seguridad y sostiene que podrían utilizarse para encubrir preparativos para una invasión.
En una exposición de defensa en Pyongyang la semana pasada, Kim acusó a Washington de abusar de su poder al reclamar una esfera de influencia que cubre el mundo entero y de usar amenazas militares contra naciones disidentes, incluida Corea del Norte.
“Ya hemos explorado todas las vías posibles para negociar con Estados Unidos”, afirmó Kim, añadiendo que la “política agresiva y hostil de Washington hacia Corea del Norte nunca cambiará”.
Trump dijo durante su campaña que Kim lo “extraña” e insinuó que el país no “actuaría mal” cuando regresara al cargo.
Los medios estatales norcoreanos respondieron durante el verano comentando que a los líderes del país “no les importa” quién asuma el cargo en Estados Unidos. Los informes indicaron que la política de armas nucleares de Kim continuará.