El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha puesto este miércoles sobre la mesa la posibilidad de crear una policía marítima en el Báltico que permita controlar y supervisar las aguas de la zona, una medida con la que busca frenar la creciente amenaza de Rusia.
Así lo ha expresado antes de viajar a Suecia para sostener una reunión con los jefes de Gobierno de los países bálticos y nórdicos, en la que prevé “convencerlos” para que accedan a participar y sacar adelante esta iniciativa, que busca emular el modelo de la Policía Aérea del Báltico.
En este sentido, Tusk ha recalcado que el plan supone un “proyecto conjunto de los países de la zona, que sienten el mismo nivel de amenaza por parte de Rusia” en el marco a la invasión de Ucrania, que se acerca ya a su tercer aniversario, según informaciones de la emisora polaca RDC.
“Es positivo que los países de la región báltica tengan una política similar, una que debe convertirse en la política de toda la Unión Europea y la OTAN”, ha afirmado Tusk, que ha destacado que Varsovia, junto al resto de socios en la región, está trabajando para poner en marcha medidas que permitan prevenir cualquier tipo de agresión.
“En nuestro caso, se trata de un escudo oriental, y los países del Báltico están construyendo un sistema de fortificación similar. Queremos que sea un proyecto único y conjunto”, ha dicho.
En relación con la llegada al cargo por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el primer ministro ha alertado de que, al menos de momento, “no se puede predecir cómo evolucionará la política estadounidense durante los próximos días”. “La era del miedo y la incertidumbre hacia Rusia debe terminar”, ha declarado.
La reunión, que tendrá lugar en la residencia vacacional del primer ministro, Ulf Kristersson, en Harpsund, donde las partes abordarán cuestiones en materia de seguridad, las relaciones transatlánticas y el continuado apoyo dado por los países europeos a Kiev durante la guerra.
La iniciativa de crear esta policía marítima llega después de que dos cables de fibra óptica que unen Finlandia con Alemania y Lituania con Suecia hayan sufrido daños tras el impacto de un buque. Los primeros indicios apuntan a un barco chino, si bien varios países del Báltico han alertado de un posible sabotaje que podría estar vinculado a Rusia.