El primer ministro francés, Michel Barnier, ha advertido de la gravedad del actual debate presupuestario que amenaza con sacarlo del poder.
“Probablemente habrá una tormenta muy fuerte y serias turbulencias en los mercados financieros”, dijo Barnier, añadiendo que el pueblo francés desea “estabilidad”.
Los diputados franceses llevan semanas debatiendo una propuesta presupuestaria presentada por el gobierno minoritario de Barnier, que incluye duros recortes de gastos por valor de 40.000 millones de euros y aumentos adicionales de impuestos por valor de 20.000 millones de euros.
Barnier ha argumentado que las medidas son necesarias para reducir forzosamente la creciente deuda de Francia, que con un 6,1% del producto interno bruto del país es más del doble del límite de la Unión Europea
Sin embargo, los legisladores de otros partidos se han negado a respaldar sus medidas, lo que significa que Barnier necesitaría usar una cláusula constitucional para aprobar por la fuerza su presupuesto antes de la fecha límite del 21 de diciembre.
El uso de dicha cláusula permitiría a los legisladores proponer una moción de censura y derrocar al gobierno actual, una medida que una alianza de legisladores de izquierda ha dicho que haría.
Los miembros del otro bloque del parlamento, el partido de extrema derecha Agrupamiento Nacional, han amenazado con respaldar la moción de censura a menos que se realicen cambios en el presupuesto, incluyendo la eliminación de los impuestos más altos previstos para la electricidad y un retraso en el ajuste por inflación de las pensiones.
La líder del grupo, Marine Le Pen, también ha dicho que el gobierno debería tratar de recortar el gasto en ayuda médica a los inmigrantes y la burocracia.
“Hemos dicho cuáles son los elementos que no son negociables para nosotros”, afirmó Le Pen. “Somos claros en nuestro planteamiento político. Defendemos al pueblo francés”.
Sin embargo, los legisladores de otros partidos se han negado a respaldar sus medidas, lo que significa que Barnier necesitaría usar una cláusula constitucional para aprobar por la fuerza su presupuesto antes de la fecha límite del 21 de diciembre.
El uso de dicha cláusula permitiría a los legisladores proponer una moción de censura y derrocar al gobierno actual, una medida que una alianza de legisladores de izquierda ha dicho que haría.
Los miembros del otro bloque del parlamento, el partido de extrema derecha Agrupamiento Nacional, han amenazado con respaldar la moción de censura a menos que se realicen cambios en el presupuesto, incluyendo la eliminación de los impuestos más altos previstos para la electricidad y un retraso en el ajuste por inflación de las pensiones.
La líder del grupo, Marine Le Pen, también ha dicho que el gobierno debería tratar de recortar el gasto en ayuda médica a los inmigrantes y la burocracia.
“Hemos dicho cuáles son los elementos que no son negociables para nosotros”, afirmó Le Pen. “Somos claros en nuestro planteamiento político. Defendemos al pueblo francés”.
Barnier apela al parlamento
Barnier ha advertido a otros parlamentarios sobre la gravedad del momento, diciendo que si su gobierno cayera probablemente desencadenaría una crisis política que no resolvería los problemas financieros del país
“¿Qué ocurrirá? No habrá presupuesto.
Tendremos que reiniciar una discusión. Habrá medidas de emergencia”, dijo sobre un escenario en el que su partido fuera expulsado del poder.
Añadió que su propuesta no era perfecta, pero hizo un llamamiento a otros legisladores para que aprobarla traería “estabilidad” al pueblo francés.
La poderosa cámara baja del parlamento francés se ha dividido en tres bloques contrastantes después de las elecciones parlamentarias de junio y julio.
Las tres partes, una coalición de izquierda, los aliados centristas de Macron y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional, tienen ideologías muy contrastantes y ninguna tiene una mayoría absoluta.
El gabinete de Barnier está compuesto por miembros de su partido, los Republicanos, y centristas de la alianza del presidente Emmanuel Macron, que cuentan con sólo 210 legisladores de un total de 577.
El mes pasado, el gobierno sobrevivió a una moción de censura presentada por la coalición de izquierda porque el partido de Le Pen se abstuvo de votar.
Al mismo tiempo, Le Pen es sometida a juicio en París por presunto desfalco al Parlamento Europeo. Los fiscales han pedido una pena de dos años de cárcel, así como la prohibición de cinco años de presentarse como candidata a un cargo público.