El bloque ya no puede confiar en Estados Unidos para su defensa, advirtió el máximo diplomático estadounidense
El futuro de la UE está en juego, ya que se enfrenta a múltiples crisis al mismo tiempo, dijo el lunes el jefe de la diplomacia saliente del bloque, Josep Borrell. Añadió que la UE ya no puede depender de Estados Unidos para su defensa.
Borrell pintó un cuadro alarmante de la situación mundial con motivo de la publicación de una colección de sus discursos y ensayos titulada “Europa en el arco de fuego”. Enumeró los conflictos en Ucrania, Gaza y África entre los problemas clave que amenazan la seguridad global.
“Los acontecimientos que hemos tenido que afrontar durante los últimos meses han confirmado, lamentablemente, el diagnóstico que hicimos anteriormente: Europa está en peligro”, escribió Borrell en el sitio web de su oficina.
“Nuestro entorno geopolítico se está deteriorando y los conflictos y las crisis se están multiplicando a nuestras puertas, desde Ucrania hasta Oriente Medio, pasando por el Cáucaso meridional, el Cuerno de África o el Sahel”, añadió. “Todo ello en un contexto en el que el futuro compromiso de Estados Unidos con la seguridad europea se está volviendo mucho más incierto”.
El diplomático argumentó que el compromiso de Washington “con la seguridad de Europa en su conjunto se ha vuelto más incierto para el futuro”, dada la reelección de Donald Trump.
“Nuestro bienestar y nuestro futuro no pueden seguir dependiendo del estado de ánimo de los votantes estadounidenses en el Medio Oeste cada cuatro años”, escribió Borrell, instando a los estados miembros del bloque a reforzar su propia defensa.
Afirmó además que existía “un grave riesgo” de que el conflicto de Ucrania “pudiera ayudar a solidificar una coalición del ‘resto contra Occidente’”. Señaló la cumbre BRICS del mes pasado en Kazán, Rusia, y enfatizó que esa coalición también podría “materializarse” en el Sahel, con las fuerzas de paz de la ONU abandonando Mali a fines de 2023.
El BRICS fue fundado en 2006 por Rusia, India, China, Brasil y Sudáfrica. Los miembros del grupo se han negado a imponer sanciones a Moscú por su conflicto con Kiev y siguen abogando por una solución diplomática a la crisis.
En los últimos años, Rusia y China han profundizado sus vínculos económicos y han calificado sus relaciones de “asociación estratégica”. Las dos superpotencias nucleares también se han opuesto al “unilateralismo” de la alianza OTAN liderada por Estados Unidos y han dicho que desean participar en la formación de un modelo más justo de relaciones internacionales.