Alrededor de 130.000 niños palestinos menores de diez años se encuentran sin recibir alimentos y medicinas a causa de la nueva ofensiva militar y el asedio lanzado hace más de mes y medio por el Ejército de Israel en el norte de la Franja de Gaza, según ha denunciado este lunes la organización no gubernamental Save the Children.
La ONG ha recalcado que los niños llevan 50 días atrapados en zonas del norte del enclave que son casi totalmente inaccesibles para el personal humanitario, por lo que no reciben alimentos ni suministros médicos pese a las advertencias sobre una hambruna, en medio de las críticas a Israel por las restricciones a la entrega de ayuda a Gaza.
Así, ha manifestado que los niños palestinos que viven en esas zonas llevan privados casi totalmente a comida, agua y medicinas desde el 6 de octubre, cuando Israel declaró la zona como un área militar cerrada de cara a una nueva ofensiva terrestre en la zona, lo que ha llevado al Comité de Revisión de la Hambruna a afirmar que la hambruna es inminente o estaría ya teniendo lugar.
Por ello, Save the Children ha especificado que lleva más de siete semanas sin poder acceder al norte de Gaza para poder entregar paquetes de alimentos para 5.000 familias, junto con 725 kits de higiene y otros suministros de ayuda. Previamente, había podido intervenir a través de socios locales para distribuir ayuda a unos 15.000 niños.
A ello se suma que unos 10.000 niños residentes en Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanun no recibieron la segunda dosis de la vacuna contra la poliomielitis en la reciente campaña de vacunación, mientras que Israel sigue llevando a cabo ataques contra el Hospital Kamal Aduan, uno de los dos que funcionan parcialmente en el norte del enclave.
.Por todo ello, el director general de la ONG en Oriente Próximo, Jeremy Stoner, ha dicho que la situación en esta zona no es apta para la supervivencia humana. “La ayuda humanitaria ha tocado fondo y la terrible situación en el norte de Gaza es la punta de un terrible iceberg”, ha explicado.
Stoner ha pedido “un acceso humanitario seguro de inmediato” para que “los alimentos, el agua, los suministros de invierno y la asistencia médica lleguen a quienes están atrapados en la zona”. “La comunidad internacional debe dar un paso adelante y asegurarse de que así sea, de acuerdo con sus obligaciones. Sin acceso y un alto el fuego, estamos condenando a los niños y niñas a perecer en el infierno en la tierra”, ha lamentado.
En este sentido, Ruba, una mujer que trabaja con una organización colaboradora de la ONG, ha relatado que se encuentra “atrapada” en el norte de la Franja de Gaza junto a sus dos hijos “bajo incesantes bombas, cohetes y balas, sin ningún lugar al que huir”.
“Mi madre tiene discapacidad y no puedo dejarla atrás. Han matado a mi hermano, se han llevado a mi marido y no sé si está vivo. Nuestra casa fue destruida sobre nuestras cabezas, y sobrevivimos de milagro”, ha afirmado la mujer, identificada a través de un nombre ficticio por motivos de seguridad.
“Sin comida, sin agua potable y con miedo constante, mis dos hijos han desarrollado sarpullidos y mi hija expulsa sangre, pero no hay medicinas, no hay ayuda y no puedo hacer absolutamente nada. Lloran y me preguntan por qué no podemos irnos, por qué su padre no está con nosotros, por qué no podemos volver a una vida normal”, ha agregado Ruba.
RIESGOS POR EXPLOSIVOS
Por otra parte, el Consejo Danés para los Refugiados (DRC) ha alertado del riesgo que suponen los artefactos explosivos no activados para la población gazatí, especialmente mientras buscan entre los escombros de los edificios destruidos por los ataques de Israel para intentar hallar ropa y otros bienes básicos.
El organismo ha señalado en un informe que los residentes de Gaza se encuentran en una huida constante de las zonas de conflicto activo, volviendo a menudo a zonas consideradas peligrosas. Así, el 70 por ciento de los encuestados por la ONG han indicado que han regresado a zonas que presenciaron combates activos, lo que eleva el riesgo por explosivos no activados.
Así, ha detallado que la situación se ve empeorada por la falta de ayuda humanitaria, que durante las últimas seis semanas ha caído a 40 camiones al día, muy por debajo de los 500 diarios registrados antes del inicio de la ofensiva, desatada tras los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas.
El DRC ha insistido en que ello se ve agravado por el bloqueo “casi total” a la entrada de bienes comerciales, reducido a sólo dos camiones al día durante dicho periodo. Por ello, el 58 por ciento de los encuestados han tenido que buscar entre los escombros para buscar bienes y materiales, incluida ropa para sus hijos.
Además, el 23 por ciento de ellos han dicho que conocían a alguien que había muerto o resultado herido por la explosión de estos artefactos durante estas labores, además de casos de niños jugando con estos artefactos y personas cogiendo por error los mismos tras confundirlos con leña. Este tipo de armamento ha sido empleado en zonas civiles, lo que viola el Derecho Internacional Humanitario.
Por ello, la directora ejecutiva de la ONG para Oriente Próximo, Lilu Thapa, ha afirmado que “la población de Gaza pone en peligro su vida sólo para poner algo de ropa a sus hijos”. “Hacen frente a amenazas desde todas las direcciones”, ha lamentado.
Thapa ha incidido en que los palestinos hacen frente además “a la amenaza de la muerte por hambre debido al práctica total bloqueo de bienes”, “al constante riesgo de bombas y bajas” y “al siempre presente peligro de los artefactos no explotado, una amenaza que durará mucho tras el fin de los combates”