La primera sesión del Parlamento del lunes estuvo medio vacía, con sólo el gobernante Partido Sueño Georgiano presente, ya que no asistió ningún partido de la oposición.
Miles de manifestantes se reunieron el lunes frente al recién elegido parlamento georgiano cuando abrió su sesión inaugural, acusando al partido gobernante de manipular la votación bajo influencia rusa.
Los legisladores de la oposición y el presidente ceremonial del país se negaron a participar en la sesión, dejando sólo 88 miembros del partido Sueño Georgiano presentes en la asamblea de 150 escaños.
Varios miles de manifestantes se enfrentaron a decenas de policías antidisturbios frente al Parlamento, bajo una lluvia torrencial.
Las elecciones de octubre, en las que el partido Sueño Georgiano permaneció en el poder, fueron vistas ampliamente como un referéndum sobre la candidatura del país de unirse a la Unión Europea.
La Comisión Electoral Central de Georgia dijo que el partido ganó el 54% de los votos en octubre, mientras que los líderes de Sueño Georgiano rechazaron las afirmaciones de fraude de la oposición.
Los observadores electorales europeos dijeron que las elecciones se desarrollaron en una atmósfera “divisiva” marcada por casos de soborno, doble votación y violencia física.
Nika Melia, líder de la Coalición para el Cambio, prometió que la oposición “hará todo lo posible para derrotar al llamado gobierno, al autoproclamado gobierno”.
“Esta es una lucha entre personas que luchan por la libertad contra personas que intentan afianzar un régimen profundamente autoritario”, afirmó.
La presidenta georgiana, Salomé Zourabichvili, dijo el día X que el parlamento es inconstitucional debido a la evidencia de fraude electoral y se negó a abrir la sesión como lo exige la constitución.
Zourabichvili presentó una demanda ante el Tribunal Constitucional, argumentando que se violaron los principios constitucionales de secreto y universalidad del voto.
Los críticos han acusado al Sueño Georgiano de volverse cada vez más autoritario y de inclinarse hacia Rusia. El partido recientemente impulsó leyes similares a las que utilizó el Kremlin para reprimir la libertad de expresión y los derechos LGBTQ+.
La UE suspendió el proceso de adhesión de Georgia por tiempo indefinido después de que se aprobara una ley que exige que las organizaciones que reciben más del 20% de su financiación del exterior se registren como defensoras de los intereses de una potencia extranjera, similar a una ley utilizada por Moscú para desacreditar a quienes critican al gobierno.