El Gobierno español defiende el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur en materia de agricultura y ganadería, a diferencia de otros países como Francia o Alemania, lo que ha provocado el enfado de los ganaderos españoles, que no descartan organizar protestas.
El 28 de junio de 2019, se alcanzó un acuerdo para abrir el comercio entre los 27 estados miembros de la UE y los cuatro miembros fundadores del bloque sudamericano: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El acuerdo tiene por objeto crear una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, que abarcará a 750 millones de personas y aproximadamente una quinta parte de la economía mundial. El ministro Luis Planas dijo el lunes en Bruselas:
“Creo que hay una cierta mitología en torno al Mercosur que no me parece que coincida con la realidad de lo que es el acuerdo del Mercosur, ni con el momento que estamos viviendo”.
Planas añadió que en el complejo contexto geopolítico actual, Europa necesita este tipo de acuerdos. Además, pidió al sector agrícola español:
“¿Está la Unión Europea interesada en aislarse ahora mismo? ¿O está interesada en ampliar la red de nuestros acuerdos comerciales con terceros países para mantener nuestra influencia económica y comercial?”
Pacto UE-Mercosur “injusto”
Euronews ha hablado con varios agricultores y las principales asociaciones agrarias del país. Todos ellos se oponen al pacto UE-Mercosur, que consideran “injusto” porque los productores de los países del acuerdo no están sujetos a las mismas normas estrictas que en Europa. Esto impide la competencia en igualdad de condiciones, afirman. Cipri Guillén, portavoz de la Cooperativa de Vinos de Arganda, ha declarado a Euronews:
“En los países en los que se exige que se adquieran determinadas materias primas, no existen estas normas, es más fácil producirlas y manipularlas. Además, es inconcebible que la Unión Europea, que se creó para proteger a sus países miembros, nos permita trabajar en desventaja y en competencia desleal con terceros países”.
Tras escuchar las declaraciones de Luis Planas en Bruselas, afirmó que “si el ministro fuera agricultor, estaría del lado de sus colegas franceses y alemanes”, en referencia a la postura crítica de estos países. Guillén lamentó:
“Nos están exigiendo que cumplamos unas cosas que cada día son más difíciles y que encarecen nuestros productos. Están abandonando a la ganadería europea”.
Y ahora los agricultores españoles, como él, no descartan la posibilidad de organizar protestas por este tema.
Contra objetivos europeos
Andoni García, miembro de la junta ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), está convencido de que el acuerdo de Mercosur tendrá “un impacto extremadamente negativo que promoverá modelos de agricultura más industrializados, lo que es total y completamente contrario a los objetivos del Pacto Verde y del enfoque de la granja a la mesa”.
La reunión a la que asistió el martes es irrelevante porque, dijo, “el Ministerio de Agricultura nunca ha convocado a reuniones especiales con el sector agropecuario para tratar el Mercosur”.
Europa contra el Mercosur
El lunes, unos 100 manifestantes se congregaron frente a la sede de la UE en Bruselas. Un tractor llevaba una pancarta en la que se leía “STOP UE-Mercosur” y carteles que pedían “precios justos ya”. En una de las acciones había un maniquí con un cartel en el que se leía “Asesinados por políticos europeos”.
Edu J. Nualart, un agricultor español que trabaja en los Países Bajos, dijo:
“Llevamos décadas luchando contra los acuerdos de libre comercio que priorizan la competencia sobre los precios justos para los agricultores”.
Los agricultores franceses realizaron protestas masivas el lunes y el martes, coincidiendo con la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Arnaud Rousseau, presidente del sindicato de agricultores más grande de Francia, FNSEA, dijo que la firma del acuerdo sería un desastre para la agricultura europea y francesa debido a la diferencia en los estándares de producción.
Implicaciones para la agricultura
Las organizaciones de agricultores prevén un aumento significativo de las importaciones: 99.000 toneladas de carne de vacuno, 190.000 toneladas de azúcar y 180.000 toneladas de carne de ave. Esto, según los críticos, pone en peligro el comercio justo y el futuro de millones de productores.
Aunque los agricultores franceses ya han iniciado protestas, como la descarga de estiércol en Chaumont, esta vez no hay planes de bloquear la autopista. Pero el creciente descontento pone de relieve la dificultad de equilibrar la liberalización del comercio con los intereses de la agricultura local.