Los misiles de largo alcance occidentales en manos ucranianas vuelven a impactar sobre suelo ruso. Es el segundo día consecutivo que esto ocurre, aunque esta vez no han sido los ATACAM estadounidenses, sino los Storm Shadow suministrados por el Reino Unido, según informaron este miércoles medios británicos.
Esto ocurre mientras varios países occidentales, entre los que se encuentra España, han cerrado sus embajadas en Ucrania alertados por informaciones que apuntarían a que Moscú está preparando un ataque masivo; como represalia por el uso de estos misiles, que Rusia consideraba una línea roja.
El ataque de este miércoles contra la región fronteriza de Kursk supondría que el Ejército ucraniano no solo habría recibido luz verde por parte de Estados Unidos para usar misiles de largo alcance contra Rusia, sino también de Reino Unido (y varias informaciones apuntan que también Francia). Según ha informado el diario The Guardian, Reino Unido ha dado el visto bueno para combatir a los 10.000 militares norcoreanos que apoyan a Rusia para expulsar de su territorio a los militares ucranianos.
El ministro de Defensa de Reino Unido, John Healey, ha evitado confirmar el ataque, aunque ha asegurado que “las acciones de Ucrania en el campo de batalla hablan por sí solas”. Por el momento se desconoce el objetivo de este ataque y si se han producido daños materiales o personales.
La amenaza del ataque llega días después de que el Gobierno de Joe Biden autorizara a Kiev el uso de misiles de largo alcance ATACMS contra territorio ruso; algo que este mismo martes pusieron en práctica por primera vez contra la región fronteriza de Briansk. Una decisión ante la que Moscú ya había amenazado repetidamente con medidas contundentes si se se cruzaba lo que para ellos era una línea roja.