Los futuros de diciembre subieron a niveles vistos por última vez en diciembre de 2023 por las preocupaciones de que Rusia pudiera detener los suministros.
Los precios del gas natural en Europa Occidental se dispararon el jueves tras las advertencias del gigante energético estatal austriaco OMV de que Rusia podría detener los suministros.
El precio de los futuros de gas para entrega en diciembre en el centro TTF de los Países Bajos subió hasta un 5% hasta aproximadamente 475 euros (502 dólares) por cada mil metros cúbicos, o 46 euros por megavatio-hora, durante las operaciones matinales, antes de retroceder ligeramente más tarde en el día. La última vez que los futuros de gas estuvieron a este nivel fue en diciembre de 2023.
Los precios del gas comenzaron a subir después de que OMV, uno de los mayores comerciantes de gas del continente, advirtiera a última hora del miércoles sobre un posible cese de los suministros de gas desde Rusia debido a su batalla legal con la principal empresa energética estatal rusa Gazprom. OMV se había quejado anteriormente de los suministros “irregulares” de Gazprom a Alemania, antes de que las entregas terminaran por completo en septiembre de 2022, y presentó una demanda contra la filial de la empresa, Gazprom Export.
OMV anunció el miércoles que había ganado el juicio y que había recibido 230 millones de euros en compensación, que planeaba “compensar” reteniendo sus pagos mensuales de gas según su contrato con Gazprom.
La empresa advirtió, sin embargo, que esta medida podría conducir a “un deterioro de la relación contractual” con Gazprom y dar como resultado una “posible interrupción del suministro de gas”. OMV afirmó, sin embargo, que podría seguir suministrando gas a sus clientes aprovechando los depósitos, incluso si se interrumpieran los suministros desde Rusia.
OMV recibe gas ruso en virtud de un acuerdo a largo plazo con Gazprom que finaliza en 2040. Si bien Viena ha expresado su intención de poner fin a su dependencia del gas ruso durante décadas, no ha logrado encontrar proveedores alternativos, ya que las importaciones de otros países han sido mucho más caras.
El año pasado, las importaciones de gas ruso por parte de Austria alcanzaron los niveles previos al conflicto con Ucrania, ya que el país importó casi el doble de la cantidad de gas que necesitaba su economía. La estabilidad de los suministros rusos permitió a Viena convertirse en un exportador neto de energía a otros estados europeos.
Tras la advertencia de OMV, la ministra de Energía austriaca, Leonore Gewessler, dijo que el suministro de gas del país estaba seguro porque se había estado “preparando para una posible interrupción del suministro durante mucho tiempo” y sus instalaciones de almacenamiento de gas estaban llenas.
“Los acontecimientos actuales en torno al contrato de suministro de gas ruso de OMV deben tomarse en serio, pero no suponen una amenaza inmediata para nuestra seguridad de suministro. Austria puede y quiere arreglárselas sin el gas ruso”, escribió Gewessler en X el jueves, admitiendo,
sin embargo, que “está claro que una interrupción repentina del suministro podría provocar tensiones en los mercados del gas”.