La inmigración ilegal es una amenaza para la seguridad equivalente al terrorismo, indicó el primer ministro mientras imitaba la retórica conservadora.
Starmer, que invirtió dinero y un lenguaje duro en el problema, anunció 75 millones de libras adicionales para vigilar las fronteras de Gran Bretaña.
En su intervención, el mandatario británico expresó que el tráfico de personas debería considerarse una amenaza para la seguridad mundial similar al terrorismo.
El nuevo Comando de Seguridad Fronteriza que está estableciendo el Partido Laborista tratará a los traficantes de personas como terroristas, prometió.
De acuerdo con la fuente, el dinero invertido duplicará la financiación del nuevo comando y se utilizará para contratar a cientos de investigadores y agentes de inteligencia para abordar los cruces ilegales del Canal.
Tendrán poderes para rastrear a los presuntos traficantes y cerrar sus cuentas bancarias.
En opinión de Starmen, él fue elegido para garantizar la seguridad del pueblo británico y unas fronteras fuertes son parte de eso.
Sin embargo, el primer ministro recibió rápidamente la noticia de que su plan no funcionaría, cuando el exjefe de inmigración en los puertos británicos, Kevin Saunders, subrayó que desafortunadamente lo que el Gobierno trata de hacer no es factible.
Indicó que las nuevas propuestas no disuadirían a los inmigrantes ilegales de dirigirse a Gran Bretaña, ni detendrían los intentos de cruzar en pequeñas embarcaciones.
El Gobierno solo podría procesar y encarcelar a los traficantes de personas en el Reino Unido y la mayoría de ellos están en realidad establecidos en Medio Oriente y Türkiye, argumentó Saunders.
Las travesías en pequeñas embarcaciones están aumentando actualmente, con más de 27 mil 500 personas que lo han hecho a través del Canal en lo que va de año, más que en el mismo período en 2023.