La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha afirmado este viernes desde Washington que la inflación en la eurozona está “bien encaminada” para cumplir con el objetivo de estabilidad de precios del 2%.
“La información recibida sobre la inflación muestra que el proceso de desinflación va por buen camino”, ha manifestado la exministra francesa de Economía. “Los indicadores recientes de actividad económica han sorprendido algo a la baja y las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas”, ha añadido.
Además, Lagarde ha reiterado que prevé un aumento “temporal” de los precios durante el cuarto trimestre de este año a medida que las “drásticas bajadas” en la factura energética del año pasado dejen de computar en la tasa interanual. No obstante, la inflación debería proseguir con su descenso más adelante para alcanzar el 2% en 2025 y promediar en el 1,9% ya en 2026.
Después, el crecimiento debería fortalecerse de manera gradual gracias al aumento de los ingresos disponibles de las familias y por la desaparición de los efectos restrictivos de la política monetaria ya acometida, lo que apuntalará tanto consumo como inversión. Las exportaciones tendrán un impacto positivo con la reactivación de la demanda externa.
La ‘guardiana del euro’ ha recordado que el desempleo en la zona euro cerró agosto en el 6,4%, en mínimos desde la adopción de la moneda común. “Se espera que la productividad laboral se recupere en el futuro cuando desaparezca el acaparamiento de mano de obra y se moderen los márgenes empresariales”, ha indicado.
Lagarde ha animado a realizar reformas fiscales y estructurales que incrementen el crecimiento potencial del PIB y reduzcan las presiones inflacionistas en el medio plazo. En este sentido, se ha hecho eco de los informes redactados por Mario Draghi y Enrico Letta para incrementar la competitividad europea y reforzar el Mercado Único, respectivamente.