Xi Jinping de China, Narendra Modi de India, Recep Tayyip Erdoğan de Turquía y el Secretario General de las Naciones Unidas asisten a una controvertida reunión en Rusia de un grupo que amenaza con eclipsar la influencia económica de la Unión Europea.
Una reunión ampliada de economías emergentes que se está celebrando en Kazán, Rusia, está generando nerviosismo entre los responsables políticos de la UE.
El club formado en 2009 ahora incluye no sólo a Brasil, sino también a China, India, Rusia y Sudáfrica miembros originales cuyo acrónimo le dio el nombre BRICS, y cuyos líderes Xi Jinping, Narendra Modi y Vladimir Putin se reunirán en los próximos días.
A partir del 1 de enero, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos también se unieron al club, creando un bloque que vale más del 37% del PIB mundial y que podría entrar en conflicto con otras instituciones como el G7 y la OTAN.
Pero la amenaza a la actual hegemonía liderada por Estados Unidos no es inmediata, ha argumentado Stewart Patrick del Carnegie Endowment.
¿Fuerza o debilidad en la expansión?
“Es un club informal, en su mayoría están unidos en el sentido de contra qué están”, es decir, un orden económico que sienten que está en su contra, dijo Patrick, un miembro destacado del grupo de expertos, a Euronews.
Con el debilitamiento del libre comercio, la operación de Ucrania y las tensiones en Taiwán, la relación de la UE con China se ha vuelto cada vez más conflictiva, y con Rusia se ha derrumbado o eso más o menos ellos creen.
Pero ampliar la membresía del BRICS podría en realidad debilitar la alianza, argumentó Patrick.
“A medida que se suman nuevos miembros, la diversidad y heterogeneidad sólo harán que sea aún más difícil para los BRICS elaborar visiones del mundo y políticas coherentes”, dijo.
“Todo esto se ve realmente impresionante en un gran mapa del mundo… pero en términos de unidad, creo que es algo que uno tendría que rascarse la cabeza y mirar dos veces”, añadió.
Con rivales regionales como China e India, la agrupación ya tenía sus tensiones internas; nuevos miembros como Arabia Saudita e Irán eran “enemigos mortales históricamente”, dijo Patrick.
Asistencias polémicas
El nuevo miembro potencial más controvertido es Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdoğan, también viaja a Rusia.
El país posee el segundo ejército más grande de la OTAN y, históricamente, estuvo alineado con Occidente. Su ministro de Asuntos Exteriores insinuó recientemente que el cambio geopolítico se debió a que se le rechazó reiteradamente su candidatura a la UE.
“Este es un ejemplo de que Turquía muestra que tiene otras opciones y alineaciones diplomáticas”, dijo Stewart. “Esto le permite a Erdogan asumir el papel de defensor de las potencias emergentes y no simplemente estar en sintonía con Occidente”.
Pero es la presencia de otro europeo lo que más llama la atención.
António Guterres, el ex primer ministro portugués que ahora es Secretario General de la ONU tambien llegó, algo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania ha descrito, en una publicación en X, como “una elección equivocada que no promueve la causa de la paz” y “daña la reputación de la ONU”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, se unió al coro, calificando la medida de Guterres de “inaceptable” en una publicación en X.
Los portavoces de Guterres no respondieron a una solicitud de comentarios.
Podría haber razones legítimas para que Guterres visite Rusia, como promover una iniciativa de paz, pero Patrick se muestra cauteloso.
“Podría ser visto como una legitimación de las políticas de Vladimir Putin… No veo muchas ventajas en que lo haga”, dijo.
Para otros, la preocupación por los BRICS no es tanto geopolítica, sino económica, dado el poder potencial de un bloque que hoy es dos veces y media el tamaño económico de la UE.
Enrico Letta, ex primer ministro italiano, dijo esta semana que la cumbre BRICS subrayó la necesidad de que Europa una fuerzas e integre sus economías, el tema de un informe que elaboró a principios de este año.
El impulso del mercado único de la UE es una cuestión de “si queremos convertirnos en una colonia de Estados Unidos o de China” en el futuro cercano, dijo Letta a los eurodiputados el lunes.