La UE acordó su postura negociadora antes de las conversaciones clave de la ONU sobre el clima en Bakú el mes próximo, al tiempo que destacó los vínculos con los esfuerzos paralelos para revertir la destrucción de los ecosistemas y evitar que grandes áreas del planeta, incluidas partes de Europa, se conviertan en desiertos.
La UE presionará para mantener “a nuestro alcance” el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, acordaron los ministros de medio ambiente apenas unas semanas antes de que los líderes mundiales se reúnan en la capital azerí para la cumbre climática COP29.
Sin embargo, los activistas medioambientales y las ONG advirtieron que las elevadas ambiciones no estaban suficientemente respaldadas por plazos claros que allanaran el camino para la eliminación gradual de los combustibles fósiles ni por promesas claras de la financiación necesaria para fuentes alternativas de energía.
El cambio climático es una “amenaza existencial para la humanidad, los ecosistemas y la biodiversidad, así como para la paz y la seguridad, que no perdona a ningún país, territorio o región”, acordaron en las conclusiones de una cumbre del Consejo de la UE que finalizó el lunes por la noche en Luxemburgo.
El límite de 1,5 grados es una meta ambiciosa incluida en el histórico Acuerdo de París de 2015, en el que casi 200 gobiernos acordaron concretamente no superar los 2 °C. Los cambios climáticos, que ya se sienten intensamente, han centrado la atención en el objetivo más ambicioso, especialmente en Europa, donde las temperaturas están aumentando al doble del promedio mundial.
Los ministros expresaron “profunda preocupación por la creciente intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, incluidas olas de calor, incendios forestales, sequías e inundaciones” y destacaron la “extrema urgencia de fortalecer la respuesta mundial a la emergencia climática en esta década crítica”.
Al mismo tiempo, quisieron destacar que la acción climática no es incompatible con el crecimiento. “Si se preserva la competitividad económica y se promueve la inclusión social invirtiendo en educación, ciencia, innovación y empleos y capacidades verdes, todas las sociedades pueden beneficiarse de una transición verde justa y equitativa hacia un nuevo modelo económico verde”, coincidieron.
De camino a la cumbre, el ministro de Medio Ambiente de Finlandia, Kai Mykkanen, dijo que era importante que la UE enviara una “señal clara” de que está eliminando gradualmente los combustibles fósiles y está lista para adoptar un objetivo de reducción de emisiones del 90% para 2040. “En la COP29 en Bakú también debemos encontrar formas de ampliar la base de contribuyentes para la financiación climática”, dijo Mykkanen.
Si bien los ministros de medio ambiente acogieron con satisfacción el Consenso de los Emiratos Árabes Unidos alcanzado en la COP del año pasado en Dubai -y la necesidad de “una transición global rápida, justa y equitativa hacia economías climáticamente neutrales respaldadas por recortes de emisiones profundos, rápidos y sostenidos en consonancia con la limitación del calentamiento global a 1,5 °C”- no llegaron a fijar fechas firmes para el fin de la era de los combustibles fósiles que implica.
Las partes del Acuerdo de París deben presentar compromisos actualizados de su participación en el esfuerzo de acción climática global antes de febrero, pero los activistas climáticos esperan que muchos gobiernos aprovechen la COP29 en Bakú para revelar nuevos compromisos ambiciosos.
“La próxima Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) de la UE debe incluir fechas claras de eliminación: carbón para 2030, gas para 2035 y petróleo para 2040 a más tardar, y es necesaria una señal clara en esta dirección en Bakú”, dijo la directora de Climate Action Network (CAN) Europa, Chiara Martinelli.
El grupo paraguas de ONG expresó su preocupación por las “brechas clave” que siguen existiendo de cara a la cumbre, en particular en lo que respecta a aumentar la financiación para la transición energética y la adaptación a los efectos del cambio climático que ya se están sintiendo.
“La retórica de la UE sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles es bienvenida, pero vacía de contenido si no va acompañada de un apoyo financiero equivalente para los países en desarrollo”, afirmó Martinelli. “Los beneficios excesivos de los combustibles fósiles deben reorientarse para apoyar la acción climática en los países que más lo necesitan”.
Los ministros de finanzas de la UE señalaron la semana pasada que seguirán pagando su parte de los 100.000 millones de dólares anuales destinados a ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático, y que la UE presionará para conseguir una base más amplia de contribuyentes, incluidos países como China, que han experimentado un espectacular desarrollo económico desde que se firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1992.
La cumbre climática de Bakú se produce a pocas semanas de las conversaciones paralelas de la ONU sobre biodiversidad que se iniciarán en Cali, Colombia, el 21 de octubre, y de una reunión en diciembre de las partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
La declaración del Consejo de la UE reconoce la “triple crisis planetaria que se refuerza mutuamente: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación, así como desertificación, degradación de la tierra, el suelo y los océanos, escasez de agua, inundaciones, sequías y deforestación, que plantean una amenaza global para el desarrollo sostenible”.