El aumento de la violencia de pandillas en Suecia ha dado lugar a una de las tasas de homicidios más altas de Europa; los datos oficiales muestran que los tiroteos mortales se han más que duplicado en un año.
La violencia de pandillas en Suecia ha aumentado hasta el punto que su tasa de homicidios vinculada a guerras entre pandillas es ahora una de las más altas de Europa, y los tiradores suelen ser menores de edad.
Se produce una media de un tiroteo al día por cada 10 millones de habitantes y, en 2023, 53 personas murieron en tiroteos.
A cincuenta kilómetros de la ciudad portuaria sueca de Malmö, los periodistas se reunieron con un joven que desea permanecer en el anonimato.
Alega que empezó a los 14 años como narcotraficante, pero que actualmente cumple diversas órdenes como poner explosiones o cometer tiroteos.
Los anuncios se publican en plataformas de mensajería cifrada. Afirma ganar una media de 7.000 euros al mes.
“Hacer estallar una puerta en Malmö cuesta 3.000 euros. Matar a alguien cuesta 80.000 euros en Malmö y 50.000 euros en Estocolmo”, explicó.
“Nunca he matado, pero he herido a gente”.
A medida que la violencia se vuelve más generalizada, los criminales recurren a menores, quienes enfrentan la justicia juvenil en lugar de sentencias de cadena perpetua en el sistema de adultos, para cometer asesinatos por encargo.
En la primera mitad de este año, los medios locales informaron que el número de sospechosos menores de 15 años involucrados en asesinatos fue casi cuatro veces mayor que el año pasado.
Después de ganar las elecciones nacionales hace dos años, el nuevo gobierno de centroderecha tomó el control de un país tan violento que sólo Albania y Montenegro lo superan en el ranking de muertes por armas de fuego per cápita en Europa.
Para combatir los tiroteos vinculados al crimen organizado y destruir la imagen idílica anterior del país, Suecia ha tomado medidas para corregir la situación.
A principios de octubre, el gobierno sueco propuso una ley que permitiera testimonios anónimos para romper el código de silencio dentro de las pandillas.
En respuesta a las críticas de que esta propuesta constituiría una violación del estado de derecho que establece que el acusado tiene derecho a saber contra quién debe defenderse, el gobierno sueco mantuvo su posición.
Dijeron que el testimonio anónimo sólo se permitiría en casos excepcionales, a discreción del tribunal y para delitos punibles con al menos dos años de prisión.
También debe existir un riesgo tangible de que los testigos o sus familiares puedan ser víctimas de un delito grave como consecuencia de su testimonio.