Se declara toque de queda en Martinica tras reanudación de la violencia.
Francia impuso otro toque de queda el viernes en la isla caribeña de Martinica, en medio de violentas protestas por el creciente costo de vida que han azotado allí durante más de un mes.
Al menos una persona ha muerto y 26 policías han resultado heridos en disturbios desde principios de semana, y varias tiendas han sido saqueadas. Los vídeos que circulan en las redes sociales muestran a los manifestantes levantando barricadas en llamas y lanzando piedras y botellas a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
La administración local francesa ha anunciado la prohibición de reuniones públicas en todo el territorio hasta el 14 de octubre. También se ha prohibido la venta de artículos que puedan utilizarse para provocar incendios, según Reuters.
El gobierno local ha emitido un comunicado subrayando que ningún policía utilizó sus armas durante los disturbios y que se está investigando la muerte de un civil, según ABC News.
El ministro francés de Ultramar, François-Noël Buffet, condenó la violencia y pidió “responsabilidad y calma”.
Didier Laguerre, alcalde de la capital de la isla, Fort-de-France, ha tratado de aliviar las tensiones, diciendo que las demandas de los manifestantes son legítimas.
“Comprendo el sufrimiento y la rabia”, afirmó Laguerre en una declaración escrita. “Conozco la impaciencia de todos y la resignación de quienes han perdido la esperanza desde hace mucho tiempo”.
En septiembre, las autoridades locales impusieron un toque de queda similar en varios barrios de Fort-de-France y la cercana ciudad de Le Lamentin debido a los disturbios en la isla de 350.000 habitantes. En aquel entonces, las protestas estaban encabezadas por la Asamblea para la Protección de los Pueblos y Recursos Afrocaribeños, que exigía que los precios de los alimentos se equipararan a los de Francia continental.
Martinica y otros territorios franceses de ultramar han tenido que hacer frente a un aumento vertiginoso de los costes de los alimentos y del transporte. Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos de Francia, los precios medios de los alimentos son un 40% más altos que en Francia continental.
Los manifestantes han estado pidiendo reformas, incluida una reducción de los impuestos a las importaciones y una mejor regulación de los mercados locales, para abordar la desigualdad.