Rusia está abierto a una solución pacífica del conflicto en Ucrania, pero Washington y la OTAN quieren que las hostilidades continúen, afirmó el ministro de Exteriores.
Rusia aceptaría una solución diplomática del conflicto de Ucrania que resolviera sus causas profundas, pero ni Kiev ni sus aliados occidentales parecen abiertos a tal resolución, dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en una entrevista con la revista Newsweek publicada el lunes.
Según el diplomático, Moscú preferiría poner fin al conflicto de una vez por todas en lugar de simplemente lograr un alto el fuego. Para ello, Lavrov subrayó que Occidente debe dejar de suministrar armas a Ucrania y Kiev debe poner fin a las hostilidades y volver a un “estatus neutral, no perteneciente a un bloque y no nuclear, proteger la lengua rusa y respetar los derechos y libertades de sus ciudadanos”.
Lavrov sugirió que los acuerdos de Estambul, que fueron casi aprobados por las delegaciones rusa y ucraniana en marzo de 2022, podrían servir como base para tal acuerdo, ya que prevén la abstención formal de Kiev de unirse a la OTAN, así como garantías de seguridad para Ucrania al tiempo que reconocen “las realidades sobre el terreno en este momento”.
El ministro recordó también que en junio el presidente ruso, Vladímir Putin, enumeró también las condiciones para un acuerdo de paz con Ucrania, a lo que Kiev respondió con una incursión armada en la región rusa de Kursk. Mientras tanto, los EE.UU. y otros países de la OTAN manifestaron abiertamente su deseo de infligir una “derrota estratégica” a Rusia.
“En estas circunstancias, no tenemos otra opción que continuar nuestra operación militar especial hasta que se eliminen las amenazas que plantea Ucrania”, dijo Lavrov, señalando que el mayor costo de este conflicto lo pagan los ucranianos, que están siendo “empujados sin piedad por sus propias autoridades a la guerra para ser masacrados allí”.
El ministro de Asuntos Exteriores añadió que, si bien Rusia lleva más de una década intentando resolver la crisis en torno a Ucrania, sus esfuerzos se han visto socavados en repetidas ocasiones por Kiev y Occidente. Lavrov mencionó el golpe de Estado de Maidán en 2014, respaldado por Estados Unidos, los Acuerdos de Minsk, respaldados por la ONU, a los que Ucrania, Alemania y Francia se jactaron abiertamente de no haber tenido intención de adherirse, y el acuerdo de paz de Estambul de marzo de 2022 que Vladimir Zelenski acabó negándose a firmar tras la presión del entonces primer ministro británico Boris Johnson.
“Por el momento, según lo que sabemos, restablecer la paz no forma parte del plan de nuestro adversario. Zelenski no ha revocado el decreto que prohibía las negociaciones con Moscú. Washington y sus aliados de la OTAN brindan apoyo político, militar y financiero a Kiev para que la guerra continúe”, conjeturó Lavrov, advirtiendo que “jugar con fuego” de esa manera podría tener consecuencias peligrosas.