Mientras Mark Rutte toma las riendas de la OTAN, el pacto de defensa enfrenta desafíos nuevos y viejos, pero ¿está el ex primer ministro holandés bien posicionado para enfrentarlos?
El hombre de 57 años, uno de los líderes democráticos más antiguos de Europa, tendrá que enfrentarse a una Rusia beligerante, a unas relaciones conflictivas con la UE y a la amenaza potencialmente existencial de una Casa Blanca de Donald Trump, dijeron a Euronews expertos en defensa.
Rutte, licenciado en historia, presidió desde 2010 cuatro gobiernos diferentes en los Países Bajos, pero dimitió en julio después de que su coalición de cuatro partidos se desmoronara por la cuestión de cómo frenar la inmigración.
A partir del martes (1 de octubre), asumirá el cargo de Secretario General de la alianza de 32 naciones de la OTAN, tras la renuncia del ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, y la trayectoria profesional de Rutte podría colocarlo en una posición privilegiada.
Mientras Mark Rutte toma las riendas de la OTAN, el pacto de defensa enfrenta desafíos nuevos y viejos, pero ¿está el ex primer ministro holandés bien posicionado para enfrentarlos?
El hombre de 57 años, uno de los líderes democráticos más antiguos de Europa, tendrá que enfrentarse a una Rusia beligerante, a unas relaciones conflictivas con la UE y a la amenaza potencialmente existencial de una Casa Blanca de Donald Trump, dijeron a Euronews expertos en defensa.
Rutte, licenciado en historia, presidió desde 2010 cuatro gobiernos diferentes en los Países Bajos, pero dimitió en julio después de que su coalición de cuatro partidos se desmoronara por la cuestión de cómo frenar la inmigración.
A partir del martes (1 de octubre), asumirá el cargo de Secretario General de la alianza de 32 naciones de la OTAN, tras la renuncia del ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, y la trayectoria profesional de Rutte podría colocarlo en una posición privilegiada.
Elecciones en EE.UU
Rutte asume el cargo apenas un mes antes de que Estados Unidos acuda a las urnas para decidir si Donald Trump o Kamala Harris liderará al mayor miembro de la OTAN.
Eso ha hecho sonar las alarmas, dado que Trump se ha mostrado tibio respecto de su apoyo a Ucrania y, en términos más generales, respecto del pacto de seguridad transatlántico.
Todavía hay muchas cosas que no se saben sobre lo que una segunda administración de Trump podría significar para el pacto del Atlántico Norte, dijo a Euronews la analista Sophia Besch.
Pero si Washington pide una “OTAN mucho, mucho más pequeña, entonces se vuelve existencial”, dijo Besch, quien es miembro del Carnegie Endowment for International Peace, y considera que hay formas de minimizar ese riesgo.
Señala debates recientes durante la campaña presidencial en los que Trump se atribuyó el mérito de persuadir a otros miembros de la OTAN a gastar más en sus ejércitos, sugiriendo que los europeos pueden calmar sus temores.
“Ese será probablemente el enfoque… enmarcarlo de manera que los esfuerzos de defensa europeos sean una respuesta a la presión estadounidense”, dijo Besch.
Si adular a Trump es un requisito para el puesto, mucho mejor para Rutte, quien “fue capaz de establecer una buena relación de trabajo con él cuando era primer ministro holandés”, dijo a Euronews la ex portavoz de la OTAN Oana Lungescu.
Rutte es visto como un líder con los pies en la tierra, a menudo fotografiado paseando en bicicleta por su ciudad natal, La Haya, o masticando una manzana mientras camina hacia una reunión desde su oficina como primer ministro.
Pero su enfoque amistoso pero duro hacia Trump podría “serle útil a él y a la OTAN” si el republicano gana en noviembre, agregó Lungescu, quien ahora es miembro distinguido del grupo de expertos Royal United Services Institute.
Relaciones frías con la UE
Quienquiera que esté en la Casa Blanca, tanto Besch como Lungescu están de acuerdo en que Europa debe incrementar el gasto de defensa dada la agresión rusa.
El propio Rutte ha sido un “muy firme partidario” de Ucrania, afirmó Lungescu, citando los aviones de combate, las municiones y las garantías de seguridad proporcionadas por los Países Bajos durante su mandato.
Pero quizá la relación más complicada que Rutte debe abordar no sea la de Washington o Kiev, sino la de otra organización internacional con sede en Bruselas: la Unión Europea.
El reciente anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre el nombramiento de un comisario de defensa, el lituano Andrius Kubilius, provocó una furiosa reacción de Stoltenberg, preocupado por que estuviera invadiendo su territorio.
“Lo que la UE no debería hacer es empezar a construir estructuras de defensa alternativas”, dijo Stoltenberg a los periodistas, y añadió: “Los países sólo pueden tener un conjunto de objetivos de capacidad, no pueden tener dos, y esa es responsabilidad de la OTAN”.
El desafío de Rutte será reconstruir una relación con la UE que, en palabras de Besch, “no puede empeorar mucho… tiene mucho trabajo por delante”.
“Esta idea de que este [comisario de defensa de la UE] es de alguna manera una afrenta a la OTAN simplemente demuestra que la UE no ha tenido éxito en presentar su propio caso”, dijo Besch.
Lungescu, que trabajó con Stoltenberg durante casi una década, es más optimista y dice que la cooperación ha alcanzado “niveles sin precedentes” y que Stoltenberg y von der Leyen tenían “muy buena química”, aunque está de acuerdo en que habrá “confusión” si la UE duplica las estructuras o estándares de la OTAN.
Pero, añade Lungescu, “hay algunos que quizá confiaron un poco menos en Stoltenberg porque su país no está en la UE”, un asunto que el veterano del Consejo Europeo Rutte está bien situado para rectificar.
Tanto Besch como Lungescu hablan de nuevas amenazas procedentes de China, cuya exhibición de músculo militar irrita cada vez más a Estados Unidos.
Pero el mayor desafío para Rutte será quizás el más antiguo de la OTAN: Rusia
“La disuasión y la defensa están en el corazón de la OTAN hoy y seguirán estando en el corazón de la OTAN en el futuro previsible”, dijo Lungescu, y agregó: “Este es un mundo peligroso, que no se está volviendo menos peligroso”.