Washington debería dejar de “difamar” a China, especialmente cuando se trata de la postura de Pekín sobre el conflicto de Ucrania, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, a su homólogo estadounidense, Antony Blinken.
Los dos diplomáticos de alto rango se reunieron en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York para hablar sobre las tensiones en las relaciones bilaterales y cuestiones internacionales. Las hostilidades entre Moscú y Kiev ocuparon un lugar destacado en la agenda, mientras Blinken reprendió a China por lo que afirmó era el fomento de la “maquinaria de guerra” de Rusia.
El Secretario de Estado de Estados Unidos afirmó que, aunque Pekín dice que quiere la paz, está “permitiendo que sus empresas tomen medidas que en realidad ayudan a [el presidente ruso Vladimir] Putin a continuar la agresión; eso no tiene sentido”.
Wang Yi respondió diciendo, citado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, que “Estados Unidos debería dejar de difamar e incriminar a China, imponer sanciones indiscriminadamente y dejar de usar esto como excusa para crear confrontación e incitar la confrontación entre bandos”.
Pekín, añadió, mantiene una posición “abierta y transparente” sobre el conflicto de Ucrania, y “siempre ha insistido en promover la paz y el diálogo, y ha hecho sus propios esfuerzos para promover una solución política”.
Wang también señaló que China se opone a lo que llamó “la supresión estadounidense de la economía, el comercio y la tecnología de China”, y agregó que “la seguridad nacional no se puede politizar, y el ‘patio pequeño y los muros altos’ no pueden convertirse en la ‘cortina de hierro del gran patio’”.
El mes pasado, Estados Unidos publicó una nueva lista de sanciones dirigidas a casi 400 empresas y personas, incluidas las de China, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía, por lo que Washington afirma que es su apoyo a Rusia en el conflicto de Ucrania. En ese momento, el Departamento de Estado expresó especial preocupación por “la magnitud de las exportaciones de bienes de doble uso” de China a Rusia, que, según afirmó, ayudaron a Moscú a abordar “brechas críticas en el ciclo de producción de defensa de Rusia”.
Tras el inicio del conflicto en Ucrania, China se negó a sumarse a las sanciones occidentales contra Rusia, y desde entonces el comercio entre ambos países ha aumentado de forma constante. Pekín también se ha posicionado como parte neutral en la crisis y ha pedido repetidamente que se entablen conversaciones de paz.
Al comentar sobre las relaciones con Pekín, Putin rechazó la idea de que Rusia se esté volviendo demasiado dependiente económicamente de China, insistiendo en que la economía de la UE es mucho más vulnerable en ese sentido.