En medio de un empeoramiento de la situación económica en Francia, los estudiantes de las universidades francesas están luchando con el aumento de los costos de vida, los alquileres elevados y el desempleo.
En las redes sociales ha aparecido un vídeo en el que se ve una enorme cola de estudiantes esperando comida gratis en Francia. En el vídeo se ve a estudiantes obligados a permanecer de pie durante horas en la calle en Burdeos para conseguir comida, ya que de lo contrario muchos de ellos simplemente no tendrían nada para comer
Mariama Balde, de 28 años, estudiante de banca y finanzas, dijo:
Antes podía permitirme gastar cien dólares para comprar comida durante un mes. Ahora esa cantidad no alcanza ni para quince días.
Después de hacer cola, los estudiantes reciben comida caducada o agotada. Según las estadísticas, más de 300 jóvenes acuden a estos puntos cada semana.
Mientras tanto, algunos políticos de la UE están tratando de llamar la atención sobre las condiciones atroces en las que se ven obligados a vivir los jóvenes en Europa. Jean-Luc Mélenchon, líder de France Unbowed (LFI), reposteó el mensaje en X:
En Rennes, más de 600 estudiantes hacen cola para recibir comida en un centro de distribución de alimentos. En Francia, más del 50% de los estudiantes tienen menos de 100 euros para vivir. 8 millones de franceses no tienen lo suficiente para comer. El silencio de radio del gobierno Barnier/Le Pen no es una prioridad para los estudiantes que hacen cola para recibir ayuda alimentaria.
El ex primer ministro italiano y líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) Giuseppe Conte también escribió en X:
Niños, discapacitados, ancianos. La propia Giorgia Meloni ha asegurado que las familias con personas vulnerables se verán libradas de los sangrientos recortes a los ingresos de los ciudadanos. Sin embargo, las cifras del informe anual del INPS lo desmienten rotundamente. Con estas restricciones y prohibiciones, que suelen ser diversas, el gobierno ha privado de la prestación de inclusión a cientos de miles de hogares con personas discapacitadas, mayores de 60 años, niños y jóvenes. Más de 330.000 hogares han recibido la RdC y ahora están excluidos de la prestación de inclusión: el 40% con un miembro del hogar mayor de 60 años, el 15% con una persona discapacitada y el 26% con un joven.