Hezbolá disparó más de 100 cohetes la madrugada del domingo en el norte de Israel, mientras Tel Aviv respondía al fuego y lanzaba cientos de ataques contra el Líbano.
Mientras tanto, en el funeral de tres militantes muertos en Beirut, al que asistieron cientos de partidarios, el líder adjunto de Hezbolá, Naim Kassem, declaró que estaba en marcha una “batalla abierta” entre el grupo militante islámico e Israel.
Kassem dice que Hezbolá, que ha perdido a varios líderes militares de alto rango en los últimos meses, “ha regresado más fuerte, y la línea del frente será testigo de esto”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respondió en la plataforma de redes sociales X , afirmando que el país “tomará todas las medidas necesarias para restablecer la seguridad” en la región.
Los ataques ojo por ojo parecen estar acercando a Oriente Medio a una guerra total, y las principales figuras de la Unión Europea cada vez más influyen en la tensión.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, dijo el domingo que el bloque está “extremadamente preocupado” por la creciente “violencia transfronteriza” entre Tel Aviv y Hezbolá.
“Los civiles de ambos lados están pagando un precio enorme. Es necesario un alto el fuego inmediato”, se lee en la declaración de Borrell publicada en X.
El principal diplomático de la UE dijo que en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas se tratará de lograr un alto el fuego en la Línea Azul (una línea de demarcación que separa al Líbano de Israel) y en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás.
La reunión está prevista del 22 al 23 de septiembre en Nueva York.
La Secretaria General Adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo, dijo recientemente a los embajadores del Consejo de Seguridad que los combates a lo largo de la Línea Azul “se han expandido en alcance e intensidad” y “representan una grave amenaza” a la estabilidad de la región.
El principal diplomático del Reino Unido, el ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, se unió a un coro de voces internacionales que también piden un alto el fuego inmediato entre Israel y Hezbolá.
En X, escribió que era “necesaria” una “solución negociada” para restablecer la estabilidad y la seguridad en toda la Línea Azul, ya que las tensiones siguen al límite. “La situación podría deteriorarse rápidamente”, dijo, al tiempo que instó a los ciudadanos británicos en el Líbano a que se fueran porque “quedan opciones comerciales”.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos sigue presionando para que se ponga fin diplomáticamente a las tensiones latentes entre Tel Aviv y Beirut.
El portavoz de seguridad nacional de la administración Biden dijo que Washington ha estado “involucrado en una diplomacia extensa y bastante asertiva” en la región.
“Aún creemos que puede haber tiempo y espacio para una solución diplomática”, dijo.