Los activistas se prepararon el viernes para protestar en todo el mundo para exigir acciones sobre el cambio climático justo cuando comenzaban un par de importantes eventos climáticos de una semana de duración en la ciudad de Nueva York.
Se han planificado acciones en Berlín, Bruselas, Río de Janeiro, Nueva Delhi y muchas otras ciudades organizadas por una alianza de grupos de la sociedad civil y el grupo liderado por jóvenes Fridays for Future. Se prevé que se celebren más de 150 eventos en 50 países.
En Alemania, donde se han registrado 100 protestas en todo el país, se espera que las mayores huelgas por el clima tengan lugar en Berlín , Hamburgo y Múnich.
Entre ellos se encuentra la sección neoyorquina del grupo, que planeó una marcha por el puente de Brooklyn seguida de una manifestación que los organizadores esperaban que atrajera al menos a 1.000 personas. Se esperan más protestas el sábado y el domingo.
¿Por qué se reúnen los manifestantes en Nueva York?
Esta semana, Nueva York acoge la Semana del Clima de Nueva York, un evento anual organizado por la organización internacional sin fines de lucro Climate Group en colaboración con la ONU y la ciudad de Nueva York.
Al mismo tiempo, los líderes mundiales estarán presentes en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se espera que aborden el tema en varios frentes, incluida la recaudación de billones de dólares en ayuda para los países más pobres que más sufren el cambio climático . Esto ocurre solo 60 días antes de la próxima gran cumbre climática de la ONU, la COP29 en Azerbaiyán en noviembre.
La protesta de Nueva York tenía como objetivo atacar “los pilares de los combustibles fósiles”: las empresas que contaminan, los bancos que las financian y los líderes que están fracasando en la lucha contra el cambio climático, dijo Helen Mancini, organizadora y estudiante de último año de la escuela secundaria Stuyvesant de la ciudad.
¿Qué avances se han logrado en materia climática desde que comenzó Viernes por el Futuro?
Las protestas juveniles por el clima comenzaron en agosto de 2018 cuando Greta Thunberg, entonces una desconocida adolescente de 15 años, dejó la escuela para realizar una huelga sentada frente al parlamento sueco para exigir acciones climáticas y poner fin al uso de combustibles fósiles.
En los seis años transcurridos desde que Thunberg fundó lo que se convirtió en Fridays for Future, las emisiones globales de dióxido de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles han aumentado aproximadamente un 2,15 por ciento, según Global Carbon Project, un grupo de científicos que monitorea la contaminación de carbono.
El crecimiento de las emisiones se ha desacelerado en comparación con décadas anteriores y los expertos anticipan que pronto se alcanzará un pico, muy lejos de la reducción del 43 por ciento necesaria para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C.
Según la Agencia Internacional de la Energía, desde 2019, las emisiones de dióxido de carbono procedentes del carbón han aumentado en casi 900 millones de toneladas, mientras que las emisiones de gas natural han aumentado ligeramente y la contaminación por petróleo ha disminuido mínimamente. Ese crecimiento ha sido impulsado por China, India y los países en desarrollo.
Sin embargo, las emisiones de las economías avanzadas o industrializadas han estado disminuyendo y en 2023 fueron las más bajas en más de 50 años, según la AIE. Las emisiones de carbón en los países ricos han bajado a niveles observados alrededor del año 1900 y el Reino Unido cerrará el mes próximo su última planta de carbón.
En los últimos cinco años, las fuentes de energía limpia han crecido dos veces más rápido que los combustibles fósiles, y tanto la energía solar como la eólica han crecido individualmente más rápido que la electricidad basada en combustibles fósiles, según la AIE.
Desde que Thunberg comenzó su protesta hace seis años, la Tierra se ha calentado más de 0,29 grados centígrados; el año pasado estableció un récord para el año más caluroso y este año está a punto de romper esa marca , según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y la agencia climática europea Copernicus.