El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha destacado este miércoles la importancia de la migración para la mejora de la economía alemana, pero ha defendido la polémica política migratoria aprobada recientemente por su Gobierno, que incluye la instauración de controles en todas las fronteras para limitar la entrada de personas de forma ilegal en el país.
No hay ningún país en el mundo que registre un descenso de la población y a la vez un crecimiento económico. Esta es la verdad y tenemos que hacerle frente”, ha aseverado Scholz en un discurso ante el Bundestag, el Parlamento alemán.
Sus palabras, que llegan tras días de intenso debate sobre las políticas de asilo y migratorias en el país, recalcan la importancia de lograr la entrada en Alemania de migrantes “cualificados” que puedan sumarse a determinados sectores del mercado laboral. El debate se ha recrudecido a raíz del ataque con cuchillo que tuvo lugar hace unas semanas en la localidad de Solingen y que dejó tres muertos y ocho heridos.
El principal sospechoso es un joven sirio de 26 años que había logrado evitar su deportación a Bulgaria, primer país de la Unión Europea en el que había sido registrado tras abandonar Siria.
Sin embargo, Scholz ha insistido en la necesidad de “permanecer abiertos a cuestiones migratorias” al tiempo que se establecen medidas para “gestionar de forma adecuada las llegadas y controlarlas”. “Somos un país que ofrece protección a aquellos que son perseguidos políticamente, que huyen para salvar sus vidas. Está en nuestra Constitución y no vamos a poner eso en la mesa de debate”, ha afirmado.
“Abrir la mente al mundo es importante, pero esto no significa que todo el que quiera venir pueda hacerlo. Debemos ser capaces de elegir quién viene a Alemania. Ya lo he dicho explícitamente”, ha aclarado.
Asimismo, Scholz ha aprovechado la ocasión para arremeter contra el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y ha asegurado que su Gobierno hará “todo lo posible” por detener a dicha formación después de que esta se hiciera con la victoria en las elecciones locales de los estados federados de Turingia y Sajonia, unos resultados que ha tildado de “deprimentes”. El canciller ha aseverado que el AfD está “casado con el pasado” y con la “visión antigua de la Humanidad”. “Buscan privar a Alemania de un buen futuro”, ha sostenido.
ENFRENTAMIENTO CON LA OPOSICIÓN
Scholz ha criticado duramente las palabras del líder opositor de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Friedrich Merz, al que ha acusado de posicionarse junto a la derecha y fracasar a la hora de comprometerse con unas negociaciones “de buena fe” para generar “cambios genuinos” en la política migratoria.
“Los ciudadanos alemanes no quieren ver actuaciones teatrales, sino políticas serias”, ha puntualizado antes de acusar a Merz y otros políticos del bloque de centro-derecha de “lanzar eslóganes” pero “no hacer nada”. No obstante, ha resaltado que “la puerta no está cerrada del todo” en caso de volver a poner sobre la mesa conversaciones sobre este asunto.
Scholz ha aprovechado la ocasión para subrayar que su Gobierno se encuentra en el proceso de lograr “el mayor acuerdo para abordar la migración irregular”, aunque Merz ha calificado las acusaciones del canciller de “irrespetuosas”, por lo que ha rechazado la invitación a mantener conversaciones al respecto.
Merz ha afirmado que las políticas propuestas por el Gobierno “se quedan cortas” y fracasarán a la hora de limitar la migración. “Por eso es por lo que hemos decidido no ceder y caer en un torbellino de conversacines”, ha puntualizado antes de incidir en que el Gobierno debe presentar “propuestas concretas al Parlamento para luego someterlas a debate público”.
Aún así, ha expresado que la oposición “también quiere que Alemania permanezca abierta a la entrada de extranjeros a pesar de que apuestan por poner en marcha políticas migratorias más duras”. “Alemania debe mantenerse abierta como un país amigo de los extranjeros”, ha sostenido antes hacer hincapié en que se opone a “todas las formas de xenofobia”.