El incidente se produce apenas unos días después de que un barco de migrantes volcara frente a las costas de Libia y 22 de las 32 personas a bordo desaparecieran, presuntamente ahogadas.
La guardia costera de Libia interceptó a 64 inmigrantes que se dirigían a Europa en un barco frente a la ciudad noroccidental de Sirte y los devolvió a la costa, dijeron el sábado las autoridades italianas.
La unidad de guardacostas de Sirte publicó imágenes en Facebook que muestran a docenas de migrantes, entre ellos mujeres y niños.
Agregó que prendió fuego al barco luego de que los migrantes desembarcaran, para evitar que fuera reutilizado por los traficantes.
El incidente se produjo pocos días después de que un barco que transportaba a 32 inmigrantes de Egipto y Siria naufragara frente a la ciudad de Tobruk, en el este de Libia, y 22 de ellos se encuentran desaparecidos, presumiblemente ahogados. La guardia costera libia informó de que había recuperado un cadáver y rescatado a nueve.
Nicola Dell’Arciprete, coordinador de la respuesta de UNICEF en Italia, explicó a los medios locales que el barco de madera “se volcó varias veces, dejando a la gente aferrada al costado del barco mientras sus familias se ahogaban a su alrededor”.
Libia, que limita con seis naciones y tiene costa en el Mediterráneo, se ha convertido en un punto de tránsito dominante para los migrantes, muchos de los cuales son refugiados que huyen de la guerra y la persecución en África y Oriente Medio.
Desde el levantamiento de 2011, respaldado por la OTAN, que condujo al derrocamiento y asesinato de Muammar Gaddafi, el país se ha visto sumido en una era de caos. Desde entonces, los migrantes que esperan allí un barco para realizar la peligrosa travesía son vulnerables a los abusos.
Algunos terminan encerrados en prisión o se ven obligados a pagar sumas exorbitantes a traficantes sin escrúpulos para intentar cruzar el Mediterráneo.
Las llegadas se han reducido a la mitad en Italia en comparación con el año pasado
El Ministerio del Interior de Italia registró 43.163 llegadas hasta septiembre de este año, de las cuales 8.526 en agosto.
Las cifras representan una caída significativa respecto a 2023, cuando solo en agosto se registraron más de 20.000 llegadas a Italia.
Puede que menos migrantes estén realizando el viaje a través del Mediterráneo, pero el peligro sigue siendo igual de alto.
Según el proyecto sobre migrantes desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones, entre enero y agosto de este año se informó de al menos 434 muertos y 611 desaparecidos en aguas de Libia.
Quienes son interceptados suelen ser retenidos en centros de detención administrados por el gobierno, donde abundan los abusos, incluidos trabajos forzados, palizas, violaciones y torturas, prácticas que constituyen crímenes contra la humanidad, según investigadores comisionados por la ONU.