La agricultura se ha convertido en una de las prioridades y de las preocupaciones de la UE en los últimos tiempos, sobre todo después de las importantes protestas del sector hace unos meses, las cuales se extendieron por toda Europa.
Este miércoles la Comisión Europea recibió el informe final del Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE, solicitado precisamente por la presidenta Ursula von der Leyen tras sentarse, en medio de las manifestaciones, con agricultores y ganaderos de toda la Unión.
El primer mensaje del estudio es claro: la próxima reforma de la PAC tiene que centrarse en dar más apoyo económico sobre todo a los pequeños agricultores.
No empezamos de cero, la Comisión ya realizó un importante progreso, pero somos conscientes de que debemos dar pasos todavía más ambiciosos”, explicó en rueda de prensa la dirigente alemana, en referencia al paso que se dio hace unos meses para relajar las sanciones y las exigencias precisamente con las plantaciones más pequeñas.
Este informe, con todo, es un primer paso para lo que debe ser una nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), uno de los pilares fundamentales en las competencias de la UE. “El resultado demuestra que es posible alcanzar un consenso entre los principales intereses de toda la cadena agroalimentaria, incluso en tiempos de polarización en torno al debate público sobre cuestiones agroalimentarias”, concluyen desde Bruselas.
Estas sugerencias guiarán el trabajo de la Comisión Europea a la hora de dar forma a su Visión de la Agricultura y la Alimentación, que se presentará en los primeros 100 días del segundo mandato de Von der Leyen.
El documento considera que la producción alimentaria y agrícola es una parte esencial de la sociedad y la seguridad europeas, y que “la diversidad de la alimentación y la agricultura europeas es un activo importante”.
Los miembros del Diálogo Estratégico coinciden en que “la sostenibilidad económica, medioambiental y social en el sector agroalimentario puede reforzarse mutuamente”, especialmente cuando se apoya en medidas políticas coherentes. También se señala el papel de los mercados, los hábitos alimentarios y la innovación para impulsar la sostenibilidad.
El documento aborda la necesidad de adaptar la PAC en el contexto de la transición en curso hacia sistemas alimentarios más sostenibles y competitivos, la importancia de reforzar la posición de los agricultores en la cadena de valor alimentaria, el acceso a la financiación y el papel del comercio y las normas internacionales. Asimismo, los expertos insisten en la necesidad de dar apoyo y promoción a las prácticas agrícolas sostenibles, también para la ganadería, y abogan por una mayor concienciación sobre el bienestar animal y la capacitación de los consumidores para elegir dietas sostenibles y equilibradas.
Al mismo tiempo, hay avisos importantes. Frente a los crecientes riesgos medioambientales, climáticos, geopolíticos y económicos, el informe subraya la necesidad “de reforzar las herramientas de gestión de riesgos y de crisis, así como de preservar y gestionar mejor” las tierras de cultivo, promover una agricultura resistente al agua y desarrollar enfoques innovadores de fitomejoramiento.
Por último, se detalla la importancia de la renovación generacional y la igualdad de género, así como de unas zonas rurales y unos sistemas agroalimentarios dinámicos, incluida la necesidad de proteger a los trabajadores. Las recomendaciones concluyen, por otro lado, que debe facilitarse el acceso al conocimiento y las competencias, y que la digitalización es una oportunidad.