Necesitamos acabar con los salarios de hambre en Estados Unidos y lograr retribuciones dignas, escribió el senador Bernie Sanders en un artículo reproducido hoy en medios digitales.
A pesar de los enormes aumentos en la productividad, los salarios reales calculados a partir de la inflación para el trabajador promedio son más bajos ahora que hace más de 50 años, ya que el 60 por ciento de los estadounidenses vive de sueldo a sueldo, advirtió Sanders en el texto, difundido en Common Dreams.
Los directores ejecutivos de las grandes corporaciones -dijo el legislador- ganan casi 350 veces más que su empleado promedio. “Les preocupa que el sueño americano esté terminando y que sus hijos puedan tener un nivel de vida aún más bajo que el suyo”, subrayó.
Explicó que el trabajador promedio de este país “entiende que su poder político se ha reducido significativamente a medida que los multimillonarios vierten enormes cantidades de dinero en ambos partidos políticos mientras socavan nuestra democracia”.
“No es un gran secreto quién tiene ahora la influencia en el Congreso. Son los multimillonarios, los directores ejecutivos de las corporaciones, los donantes de campaña y sus cabilderos bien conectados”, enfatizó el senador independiente por Vermont.
Para Sanders, “el trabajador estadounidense promedio está harto de la economía y la política del statu quo. Él o ella sabe que en el país más rico del mundo podemos y debemos tener una economía y un sistema político que funcione para todos, y no sólo para unos pocos ricos”.
“Necesitamos acabar con los salarios de hambre en Estados Unidos y elevar el salario mínimo federal de 7,25 dólares la hora a un salario digno. La gente no debería tener que trabajar dos o tres empleos sólo para pagar las cuentas de sus familias”, expresó en sus reflexiones por el Día del Trabajo.
Sanders opinó que en los últimos 50 años, hubo una transferencia masiva de riqueza del 90 por ciento más pobre al uno por ciento más rico.