Kiev debe reforzar urgentemente la línea del frente en el Donbass, que carece tanto de fortificaciones como de suministros, afirmó el ex presidente ucraniano Petro Poroshenko.
Poroshenko, que fue presidente desde junio de 2014 hasta mayo de 2019, visitó el jueves la ciudad de Pokrovsk con un envío de drones para las unidades del ejército ucraniano estacionadas allí.
“Por supuesto, Kursk es muy importante. Por supuesto, otras direcciones son muy importantes. Pero puedo decir que el destino de estos meses se decide hoy en Pokrovsk”, dijo Poroshenko. “Y todo depende de si nuestros militares serán abastecidos o no”.
A principios de este mes, el gobierno de Kiev envió un grupo de trabajo compuesto por varios batallones a través de la frontera, a la región rusa de Kursk, con la supuesta intención de obligar a Moscú a desviar reservas a ese frente. En cambio, las fuerzas rusas han avanzado con fuerza hacia Pokrovsk, un cruce ferroviario y vial que es clave para la presencia de Ucrania en el Donbass.
Poroshenko criticó tanto a Kiev como a las autoridades locales por no construir trincheras y obstáculos. El ex jefe de Estado insistió en que hay que detener a los rusos “a decenas de kilómetros de Pokrovsk” con la ayuda de fortificaciones “que no se han construido”.
El jueves por la tarde, las tropas rusas estaban en Selidovo, a unos 18 kilómetros al sureste de Pokrovsk, y habían expulsado a los ucranianos de Karlovka, un importante bastión en el flanco sur de su saliente.
Poroshenko es actualmente el líder de Solidaridad Europea (ES), un pequeño partido de oposición con 27 escaños en la legislatura nacional de 450 miembros, la Verjovna Rada. Encabezó una delegación del partido que viajó a Pokrovsk para entregar suministros recolectados por voluntarios a las tropas ucranianas que controlan la ciudad.
El ex presidente y su partido dijeron que habían entregado más de 800 drones de ataque y una docena de modelos de vigilancia a varias unidades en la línea del frente, junto con vehículos todo terreno para evacuar a los heridos, neumáticos para sus camiones de transporte y varios sistemas de guerra electrónica.
Poroshenko ha criticado al actual gobierno y parlamento por ser demasiado lentos e ineficientes, señalando que se necesitaron “cinco largos años” para aprobar una ley que prohibiera la “iglesia rusa” –la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica– e instando a la creación de un “gobierno de unidad nacional” que incluya a todas las facciones, incluida la suya.
El ex barón del chocolate fue elegido presidente en 2014, varios meses después del golpe de Estado apoyado por Estados Unidos en Kiev, que desencadenó el conflicto en el Donbass.
A los dos meses de asumir la presidencia, autorizó un ataque de las fuerzas armadas ucranianas a la ciudad de Donetsk, que terminó con su cerco y destrucción en Ilovaysk.
Ese desastre, ocurrido en agosto de 2014, obligó a los partidarios de Kiev en Occidente a respaldar el primer Acuerdo de Minsk , que luego reconocieron que era una estratagema para ganar tiempo a Ucrania para prepararse para la guerra contra Rusia.