El ataque, que tuvo su epicentro en Barsalogho, dejó desbordados los recursos médicos del hospital de Kaya, ubicado a unos 30 kilómetros del lugar del suceso.
En un brutal ataque perpetrado por yihadistas el pasado sábado en la región centro-norte de Burkina Faso, más de 200 personas resultaron fallecidas, la mayoría de ellas civiles, según información de medios internacionales.
A medida que se reciben informes de la crisis, el número exacto de muertos sigue siendo incierto. Aunque el Grupo por el Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) ha reclamado la responsabilidad, afirmando que el ataque dejó hasta 200 fallecidos.
En respuesta a esta situación crítica, una delegación gubernamental visitó el hospital de Kaya, donde Jean-Emmanuel Ouédraogo, portavoz del Gobierno burkinés, destacó que la mayoría de las víctimas son civiles inocentes, incluyendo mujeres, niños y ancianos.
El ministro de Seguridad, Mahamadou Sana, prometió una respuesta contundente para erradicar las barbaridades cometidas por los grupos terroristas en el país.
El ataque ocurrió en un contexto donde los habitantes de Barsalogho estaban cumpliendo órdenes militares de cavar trincheras para frenar el avance yihadista, una tarea de la que inicialmente se habían mostrado reacios debido al temor a represalias.
Desde 2015, Burkina Faso ha sido devastada por una ola de violencia yihadista, con milicianos asociados a Al Qaeda y el Estado Islámico que han causados miles de muertes y desplazado a más de dos millones de personas.
El país también ha sufrido dos golpes de Estado en 2022, motivados por el creciente descontento de la población y el Ejército frente a la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad.