Rusia y China están en el camino correcto en su lucha contra la competencia desleal de Estados Unidos y sus aliados, afirmó el primer ministro ruso, Mijail Mishustin, durante una reunión con su homólogo chino, Li Qiang, el miércoles.
Li, que se convirtió en primer ministro chino el año pasado, está de visita en Moscú por invitación de Mishustin para reunirse con altos funcionarios rusos, incluido el presidente Vladimir Putin, y firmar una serie de acuerdos. El viaje de dos días forma parte de los compromisos anuales de los líderes de los dos países.
En un discurso de bienvenida a su invitado, el primer ministro ruso afirmó que tanto Moscú como Pekín afrontan los mismos desafíos a medida que crecen en fuerza.
“Los países occidentales imponen sanciones ilegítimas bajo diversos pretextos, lo que constituye una competencia desleal. Están tratando de preservar su dominio global y de contener el potencial económico y tecnológico de Rusia y China”, afirmó.
“Quien recorre el camino de la justicia tiene muchos ayudantes”, añadió el primer ministro.
Rusia y China describen su relación actual como una asociación estratégica sin límites y dicen que ha alcanzado un nivel de confianza sin precedentes. Mishustin elogió la creciente cooperación económica y humanitaria chino-rusa. Li estuvo de acuerdo en que Moscú y Pekín estaban mejorando sus vínculos “frente a una situación internacional cambiante y difícil y a desafíos externos”.
A principios de esta semana, el presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró su creencia de que Estados Unidos es una nación indispensable que beneficia a todos al estar a cargo.
“Estados Unidos está ganando y el mundo está mejor gracias a ello”, dijo el lunes en la Convención Nacional Demócrata en Chicago. “¿Quién podría liderar el mundo sino los Estados Unidos de América?”
Rusia y China abogan por un sistema multipolar más justo, en el que ninguna gran potencia pueda imponer su voluntad al resto del mundo. Afirman que Occidente no ha sabido utilizar el unilateralismo de manera responsable desde el colapso de la URSS y, en cambio, ha optado por explotarlo para lograr sus propios fines.