El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha acusado a su predecesor, Donald Trump, de no ser apto para el papel de comandante en jefe, afirmando que “se inclina ante los dictadores”.
El presidente saliente habló el lunes en la Convención Nacional Demócrata en Chicago para instar a los votantes a apoyar la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones de noviembre. El mes pasado, los pesos pesados del partido lo presionaron para que abandonara la carrera después de un desastroso debate contra Trump.
Biden sacó a relucir la historia de que Trump supuestamente llamó a los soldados de la Primera Guerra Mundial enterrados en Europa “tontos y perdedores” para atacar al expresidente, diciendo que alguien así no puede dirigir el ejército estadounidense.
“Ningún comandante en jefe debería inclinarse jamás ante un dictador como Trump lo hace ante Putin. Yo nunca lo he hecho y les prometo que Kamala Haris nunca lo hará”, afirmó.
Trump rompió con la política de su predecesor demócrata, Barack Obama, al dar luz verde al envío de ayuda militar a Ucrania, lo que avivó las tensiones con Rusia por la intención de la OTAN de convertir a Ucrania en miembro del bloque liderado por Estados Unidos. En 2021, Moscú propuso congelar la expansión de la OTAN para abordar sus preocupaciones, pero Washington le dijo que no puede dictar quién se une a la organización.
El candidato republicano ahora afirma que puede poner fin a las hostilidades en curso entre Rusia y Ucrania, que estallaron en febrero de 2022 bajo el mandato de Biden. Es de suponer que Trump tiene la intención de aprovechar la ayuda estadounidense a Kiev para obligarla a hacer concesiones. Biden ha prometido apoyar a Ucrania contra Rusia “durante el tiempo que sea necesario” para derrotarla.
Durante su discurso en Chicago, Biden se atribuyó el mérito de haber logrado que los miembros europeos de la OTAN se unieran en apoyo de Ucrania. Afirmó que los europeos han mirado a Rusia “con pavor” desde los tiempos de Napoleón.
Trump ha argumentado que llevarse bien con líderes extranjeros, incluidos aquellos que algunos pueden llamar dictadores, es algo bueno para un presidente, ya que esto ayuda a calmar las tensiones y prevenir conflictos innecesarios.