El enviado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Sudán del Sur, Nicholas Haysom, llamó hoy a frenar la crisis prolongada en ese país al advertir el alto costo provocado por la inacción.
Durante una sesión del Consejo de Seguridad sobre el contexto en la nación africana, el representante avizoró “una tormenta perfecta”, agravada por las pobres perspectivas humanitarias y económicas de los últimos meses.
Haysom mencionó desafíos como la inseguridad alimentaria crónica y la extensión del conflicto del vecino Sudán que amenazan con descarrilar la transición política en Sudán del Sur.
Al mismo tiempo, dijo, existen incertidumbres ante acontecimientos políticos necesarios para una transición pacífica, una economía en rápido deterioro exacerbada por la ruptura de la infraestructura petrolera y la posibilidad de que se produzcan inundaciones únicas en en septiembre.
De acuerdo con datos de la ONU, Sudán del Sur ha sido el país más afectado por la crisis de desplazamiento provocada por la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y sus rivales de Apoyo Rápido, que comenzó en abril de 2023.
Cerca de 780 mil personas cruzaron las fronteras huyendo del conflicto, incluidos 580 mil repatriados de Sudán del Sur.
“Muchos de ellos llegan a zonas que ya no eran prioritarias para recibir asistencia. A menudo están desnutridos, en malas condiciones físicas y necesitan asistencia urgente para salvar sus vidas”, dijo durante el encuentro Edem Wosurnu, representante de la Oficina para Asuntos Humanitarios de la ONU.
El organismo también considera preocupante las venideras inundaciones que podrían afectar a hasta 3,3 millones de personas, incluso algunos damnificados de fenómenos anteriores.
A la par, la falta de financiación sigue obstaculizando una respuesta adecuada mientras que el 76 por ciento de la población demanda protección y asistencia humanitaria, la mayoría mujeres y niños.
En total, más de siete millones de sursudaneses padecen inseguridad alimentaria aguda, lo que supone un aumento de alrededor de 1,5 millones desde el año pasado.
Además, 2,5 millones de niños y mujeres corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda, cifra que se estima que aumentará a 2,7 millones en diciembre debido al impacto de la crisis en Sudán.