Fumio Kishida enfrentaba una creciente crisis política marcada por bajos índices de popularidad y el escándalo de financiación irregular.
El primer ministro Fumio Kishida informó este miércoles su decisión de dimitir como líder del Partido Liberal Democrático (PLD) y, en consecuencia, del cargo de primer mandatario del país, pidiendo que dentro de su tolda política exista la promoción de “un cambió” y “una renovación dentro de su formación política».
En una rueda de prensa, Kishida subrayó la importancia de que el PLD demuestre al electorado que está dispuesto a transformarse y adaptarse a las demandas actuales.
La renuncia es la mejor forma de evidenciar este cambio», afirmó el primer ministro. Con ello, busca abrir el espacio a una competencia abierta» que incentive el debate y la reflexión dentro del partido.
Antes de esta decisión, Kishida enfrentaba una creciente crisis política marcada por bajos índices de popularidad y el escándalo de financiación irregular que sacudió al PLD a finales del año pasado.
A pesar de los intentos de realizar purgas y estructuras reformistas en el partido, la situación no logró mejorar la percepción pública, dejando al actual mandatario en una posición frágil.
Aunque su mandato como primer ministro se extiende hasta el próximo año, su permanencia estaba directamente relacionada con su capacidad de continuar al frente del PLD. Esto se complicó tras la revelación de implicaciones en irregularidades financieras dentro de diversas facciones del partido, lo que resultó en un movimiento significativo para desmantelar estas agrupaciones y reformar su gabinete.
Kishida asumió el cargo de primer ministro en octubre de 2021, tras ganar las primarias del PLD. Poco después, logró que su partido retuviera una amplia mayoría en las elecciones generales, pero la estabilidad de su gobierno ha estado en el aire desde esa victoria.
Este cambio en la dirección del PLD se avecina en un contexto en el que aún no se perfilan candidatos claros para suceder a Kishida, en un partido que ha gobernado Japón de manera casi ininterrumpida desde 1955.
Los próximos encuentros y decisiones del PLD serán cruciales para determinar el camino a seguir en la política japonesa.