Ucrania ha reclamado el control de unos 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso mientras Kiev continúa con su mayor incursión transfronteriza.
El jefe del Ejército, Oleksandr Syrskyi, dijo el lunes que Ucrania continúa realizando una operación ofensiva en la región de Kursk siete días después de su inicio.
El alto comandante militar dijo que sus fuerzas ahora controlan un área considerable de la región vecina de Rusia al otro lado de la frontera de Sumy, la primera vez que un oficial militar ucraniano ha comentado públicamente sobre los logros de la incursión relámpago que ha avergonzado al Kremlin.
“Las tropas están cumpliendo con sus tareas. Los combates continúan, de hecho, a lo largo de toda la línea del frente. La situación está bajo nuestro control”, afirmó Syrskyi en un vídeo publicado el lunes en el canal de Telegram del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky
Sus afirmaciones fueron respaldadas por el gobernador de la región de Kursk, quien reconoció que los grupos móviles ucranianos avanzaron 12 kilómetros de profundidad y 40 kilómetros de ancho en territorio ruso.
Alexei Smirnov afirmó que las fuerzas de Kiev ahora controlan 28 asentamientos con una población de alrededor de 2.000 personas.
También dijo que 12 civiles han muerto y otros 121, incluidos 10 niños, han resultado heridos. Unas 121.000 personas han sido evacuadas o han abandonado por sus propios medios las zonas afectadas por los combates, añadió.
Smirnov afirmó que es difícil localizar a todas las unidades ucranianas que patrullan la región y crean distracciones, y señaló que algunas utilizan documentos de identidad rusos falsos. Ninguna de las afirmaciones pudo ser confirmada de forma independiente.
El gobernador de la región de Belgorod, adyacente a Kursk, también anunció la evacuación de la población de un distrito cercano a la frontera con Ucrania.
Las fuerzas de Moscú siguen luchando para responder al sorpresivo ataque ucraniano después de casi una semana de feroces combates.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la incursión, que ha provocado la huida de más de 100.000 civiles, es un intento de Kiev de detener la ofensiva de Moscú en la región de Donbas, en el este de Ucrania, y ganar influencia en posibles futuras conversaciones de paz.