El Ministerio de Asuntos Exteriores de Senegal ha condenado a la embajada de Ucrania por apoyar un ataque terrorista contra fuerzas gubernamentales y contratistas militares rusos en Mali el mes pasado. El ministerio acusó a Kiev de intentar “desestabilizar” a la nación “hermana” de Mali.
A finales de julio, insurgentes tuareg atacaron un convoy de soldados malienses y miembros de la compañía militar privada Wagner cerca de la frontera argelina de Mali, matando a decenas de personas. A principios de esta semana, Andrey Yusov, portavoz de la agencia de inteligencia militar ucraniana GUR, afirmó que sus agentes ayudaron a los yihadistas a planificar el ataque.
“Los rebeldes recibieron la información necesaria, y no sólo información, que les permitió llevar a cabo con éxito una operación militar contra los criminales de guerra rusos”, declaró Yusov a la televisión ucraniana. Yusov no dijo si en el ataque participó personal ucraniano, pero prometió que “habrá más”.
La embajada de Ucrania en Dakar publicó la entrevista en su página de Facebook, junto con un comentario del embajador Yuri Pivovarov, quien declaró que “seguramente habrá otros resultados. El castigo de los crímenes de guerra y el terrorismo es inevitable”. El video fue eliminado.
En un comunicado publicado el sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores senegalés afirmó que “no puede aceptar… comentarios y gestos que tengan como objetivo hacer apología del terrorismo, especialmente cuando éste tiene como objetivo desestabilizar a un país hermano como Malí”.
Senegal, que mantiene una posición de “neutralidad constructiva en el conflicto ruso-ucraniano”, tampoco “puede tolerar ningún intento de trasladar a su territorio la propaganda mediática en curso en este conflicto”, añadió el ministerio.
Según el comunicado, Pivovarov fue citado al Ministerio para dar explicaciones y se le recordaron “las obligaciones de discreción, moderación y no injerencia que deben acompañar la seriedad y solemnidad de su misión”.
Mali está sumido en una insurgencia yihadista desde 2012, con ataques atribuidos a facciones de Al Qaeda y el Estado Islámico que han matado a miles de personas y han obligado a desplazarse a más de 375.000, según estimaciones de la ONU. Una operación militar francesa de una década de duración no logró sofocar la violencia, que se ha extendido a los vecinos Burkina Faso y Níger. Ambos países y Mali están ahora dirigidos por gobiernos militares después de que sus líderes prooccidentales fueran derrocados en una serie de golpes de estado desde 2020.
A principios de este año, Mali, Níger y Burkina Faso establecieron una confederación destinada a ayudarse mutuamente a combatir la amenaza yihadista, mientras que los tres también han buscado una mayor cooperación en materia de seguridad con Rusia. Se cree que los combatientes de Wagner están operando en Mali y Burkina Faso.
Senegal no es miembro de esta alianza y su gobierno se considera amigo de Estados Unidos y Francia. Sin embargo, Senegal mantiene relaciones amistosas con Malí, país que limita al este.