La red criminal habría contrabandeado a más de 1.000 inmigrantes en lanchas rápidas desde Argelia hasta la costa española.
La Policía Nacional, con el apoyo de Europol, desmanteló una red de delincuencia organizada que se dedicaba al tráfico de migrantes en lanchas rápidas desde Argelia hasta España. Los sospechosos facilitaban el posterior movimiento ilegal de migrantes desde España a otros países de la UE.
Resultados del 4 y 5 de junio de 2024: 9 ubicaciones buscadas; 21 detenciones (13 en Madrid, 5 en Almería, 1 en Guipúzcoa, 1 en Málaga y 1 en Murcia); Incautaciones que incluyen documentos, equipos electrónicos y dinero en efectivo.
Los inmigrantes pagaron hasta 20.000 euros para llegar a la UE
Las investigaciones revelaron que la red criminal traficaba con al menos 1.000 migrantes (más de 750 ciudadanos sirios y más de 250 argelinos). La red facilitaba el cruce ilegal de nacionales sirios a lo largo de la ruta Líbano-Egipto-Túnez o Libia-Argelia. A su llegada a Argelia, los migrantes eran alojados temporalmente mientras esperaban la salida de las embarcaciones. Los sospechosos organizaban entonces el transporte de los migrantes en lanchas rápidas desde Argelia hasta las costas españolas. Una vez en España, los miembros de la célula criminal argelina facilitaban la estancia de los migrantes y su posterior desplazamiento ilegal hacia otros países de la UE.
Los investigadores identificaron a dos organizadores principales, uno con base en Argelia y otro en España, que coordinaban las actividades delictivas. Se cree que la red criminal tenía la capacidad no solo de transportar a los inmigrantes a España, sino también de proporcionarles pasaportes y billetes de avión para sus desplazamientos secundarios hacia otros países de la UE. Además de las actividades de contrabando, la red criminal también vendía información a otros grupos sobre cómo organizar este tipo de actividades delictivas.
Más de 1.000 inmigrantes en lanchas rápidas junto a bidones de combustible
La célula criminal con sede en Madrid se encargaba de organizar la actividad delictiva en coordinación con el grupo criminal con sede en Orán (Argelia). Este último organizaba el lanzamiento de las lanchas rápidas con migrantes, que partían de las costas argelinas de Orán y Mostaganem hacia España. Estas travesías marítimas eran extremadamente peligrosas: la vida de los migrantes corría peligro en embarcaciones abarrotadas, sin equipo de seguridad, sin provisiones de comida y agua y cargadas con bidones de combustible. Al llegar a las costas españolas, los migrantes eran recogidos por miembros de la red criminal con sede en la región.
Después eran transportados a Madrid, donde eran alojados en alojamientos insalubres y hacinados a la espera de su posterior transporte fuera de España. A los migrantes se les cobraba hasta 20.000 euros por facilitarles el paso al país de destino final. Se les obligaba a pagar en cada etapa del contrabando a través del sistema financiero clandestino hawala. Los investigadores descubrieron que la red criminal utilizaba cámaras espía y micrófonos ocultos para garantizar la recaudación de dinero.
Europol facilitó el intercambio de información y proporcionó coordinación operativa y apoyo analítico. El día de la acción, Europol envió un analista a España para cotejar la información operativa con las bases de datos de Europol y proporcionar pistas a los investigadores sobre el terreno.