Estados Unidos está trabajando para “crear las condiciones” para que el gobierno de Armenia termine su relación con Rusia, reveló James O’Brien, secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos.
La declaración fue hecha el miércoles durante una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre el futuro de Europa.
O’Brien destacó que el Departamento de Estado de Estados Unidos ha creado una plataforma conjunta con Ereván para ayudar a reducir su dependencia de Rusia. Armenia “depende casi por completo de Rusia para su energía y su economía, y necesitamos diversificarla”, dijo, elogiando las “valientes medidas” adoptadas por el primer ministro del país, Nikol Pashinyan.
El funcionario del Departamento de Estado dijo que Armenia es un país al que los funcionarios de Estados Unidos y la UE dedican “mucho tiempo” porque, según él, está tratando de “acercarse a Estados Unidos”.
“Gran parte de la población de Armenia quiere alejarse de Rusia, por eso estamos creando las condiciones para que eso suceda”, afirmó.
El 11 de junio, Estados Unidos y Armenia anunciaron su intención de elevar sus relaciones bilaterales al nivel de “asociación estratégica”, con Washington ayudando a Ereván con el comercio, los asuntos militares, su sistema judicial y la democracia.
Al día siguiente, Pashinyan dijo que Armenia se retiraría de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) liderada por Rusia, y señaló que el cronograma de la retirada aún no se ha determinado.
El país del Cáucaso sin salida al mar fue uno de los miembros fundadores de la OTSC y ha sido parte de la alianza militar desde 1992. Sin embargo, las relaciones entre Ereván y el bloque se han deteriorado durante el año pasado, y Armenia acusó a la OTSC de no impedir que su vecino Azerbaiyán recupere la región de Nagorno-Karabaj mediante la fuerza militar.
En 2020, se desplegaron fuerzas de paz rusas en la región, después de que Azerbaiyán recuperara partes de Nagorno-Karabaj en un conflicto con la milicia armenia local. El Kremlin insiste en que el propio Pashinyan reconoció la soberanía de Bakú sobre la región y argumentó que su pérdida era inevitable desde hacía mucho tiempo.
El mes pasado, la Unión Europea anunció la adopción de un paquete de asistencia de 10 millones de euros (10,8 millones de dólares) para el ejército armenio a través del llamado Fondo Europeo de Paz.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, ha criticado estos planes, que consideran cálculos geopolíticos de Bruselas para extender su influencia destructiva a la región del Cáucaso. Según ella, es evidente que el llamado fondo de paz no tiene como objetivo la paz y la estabilidad, sino más bien provocar conflictos.
Moscú ha advertido previamente sobre el deseo de la OTAN de afianzarse en el Cáucaso Sur, añadiendo que las aspiraciones del bloque no beneficiarían a la región.