Aunque la mayoría de los países europeos respaldan firmemente a Ucrania, se considera que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, tiene vínculos comparativamente estrechos con Rusia, lo que ha provocado una guerra de palabras con Polonia.
Ha estallado una disputa diplomática entre Polonia y Hungría que pone de manifiesto las profundas tensiones dentro de Europa sobre cómo lidiar con Rusia mientras continúa la operación a gran escala en Ucrania.
Polonia, como Alemania, Francia y la mayoría de las demás naciones europeas, es un fiel aliado de Ucrania, mientras que se considera ampliamente que el primer ministro populista de Hungría, Viktor Orbán, tiene las relaciones más cálidas con el Kremlin entre los líderes de la UE.
El gobierno polaco ha criticado abiertamente a Hungría por su postura, y la disputa alcanzó un nuevo punto de ebullición cuando Orbán arremetió contra Polonia el fin de semana.
Los polacos llevan a cabo la política más moralista e hipócrita de toda Europa”, afirmó el primer ministro. “Nos dan lecciones morales, nos critican por nuestras relaciones económicas con Rusia y, al mismo tiempo, hacen negocios con los rusos y compran petróleo indirectamente, con lo que controlan la economía polaca”.
Polonia no tardó en lanzar sus propias críticas en respuesta: “No hacemos negocios con Rusia, a diferencia del primer ministro Orbán, que está al margen de la sociedad internacional, tanto en la Unión Europea como en la OTAN”, dijo el domingo el viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Władysław Teofil Bartoszewski.
Bartoszewski añadió que Orbán debería abandonar las organizaciones internacionales occidentales y en su lugar “unirse a una unión con [el presidente ruso] Putin” y otros estados autoritarios.
Sus comentarios fueron reportados por la agencia de noticias estatal polaca PAP y se produjeron después de que Orbán viajara a Moscú para reunirse con Putin a principios de julio, en una medida que provocó enojo en Bruselas y fue vista por algunos como una prueba de sus inclinaciones prorrusas.
Aliados distanciados
Hungría se ha visto aislada en la UE debido a su actitud desleal hacia Rusia y su actitud amistosa hacia China. Los altos funcionarios de la UE han estado boicoteando las reuniones informales organizadas por Hungría, que ahora ostenta la presidencia rotatoria de la UE.
“Si no quieres ser miembro de un club, siempre puedes marcharte”, afirma Bartoszewski. “No entiendo realmente por qué Hungría quiere seguir siendo miembro de organizaciones que no le gustan tanto y que supuestamente la tratan tan mal”.
Las excavaciones no terminaron allí
El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, respondió a Bartoszewski en Facebook diciendo: “Durante mucho tiempo toleramos las provocaciones y la hipocresía del actual gobierno polaco con la intención de preservar la hermandad polaco-húngara, pero ya hemos tenido suficiente”.
Polonia y Hungría tienen vínculos históricamente fuertes. Orbán se llevaba muy bien con los populistas conservadores que gobernaron Polonia entre 2015 y 2023 debido a sus puntos de vista compartidos sobre la migración y la UE.
Ambos se opusieron a permitir el ingreso de inmigrantes de Oriente Medio y África a Europa, y ambos gobiernos acusaron a la UE de intentar quitarle poderes a los estados-nación.
Esos lazos sólo empezaron a deteriorarse cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en 2022, una agresión que los polacos también sienten como una amenaza existencial en la región.
Las cosas han empeorado desde que un gobierno pro-UE asumió el poder en Varsovia bajo el liderazgo del Primer Ministro Donald Tusk en diciembre.