La reciente interrupción tecnológica global provocada por la actualización defectuosa de CrowdStrike resultó en una pérdida estimada de 5.400 millones de dólares para las empresas Fortune 500, según un informe de Parametrix.
Las pérdidas financieras previstas no incluyen a Microsoft, cuyos sistemas sufrieron interrupciones masivas como resultado del accidente. Según la compañía de seguros Parametrix, se espera que las empresas bancarias y de atención médica, así como las principales aerolíneas, sean las más afectadas. El monto total de pérdidas aseguradas para las empresas que no forman parte de la lista Microsoft Fortune 500 podría oscilar entre 540 millones y 1.080 millones de dólares.
Varias industrias aún están intentando reparar los daños causados por la interrupción del servicio de CrowdStrike, que paralizó miles de vuelos, causó interrupciones en hospitales y paralizó los sistemas de pago.
Se convirtió en la mayor interrupción de TI de la historia. Demostró que los sistemas tecnológicos modernos están construidos sobre cimientos inestables y que un código defectuoso en una sola actualización puede paralizar el mundo entero.
Pérdida de reputación
CrowdStrike es una empresa multimillonaria con sede en Texas que ha perdido alrededor del 22% de su valor de mercado desde la interrupción del servicio. El miércoles, CrowdStrike publicó un informe que detalla qué salió mal en la actualización.
La principal causa de la interrupción del servicio se debió a una actualización que CrowdStrike implementó en su plataforma insignia Falcon, diseñada para proteger a las empresas de ciberataques e interrupciones. Sin embargo, la actualización contenía un error que provocó un bloqueo masivo de 8,5 millones de computadoras con Windows.
Antes del incidente, la empresa estaba valorada en unos 83.000 millones de dólares. Según su sitio web, presta servicios a unas 538 empresas de la lista Fortune 1000 y opera en todo el mundo. Sin embargo, esa ubicuidad hizo que el impacto de la actualización fallida fuera especialmente grave, lo que demuestra que muchas empresas dependen de los mismos productos para mantener sus operaciones.
Días después, Delta Air Lines sigue sumida en la confusión, ya que cancela y reprograma cientos de vuelos. El martes, el Departamento de Transporte de Estados Unidos inició una investigación sobre Delta por su gestión del asunto.