Los nuevos “bloqueadores de satélites” que Estados Unidos pretende desplegar en el espacio para atacar satélites rusos y chinos tienen como objetivo privar a Moscú y Pekín de “sistemas de comando, control, comunicación e inteligencia en tiempos de conflicto”, dijo Bruce Gagnon, coordinador de la Red Global Contra las Armas y la Energía Nuclear en el Espacio.
Según él, estos bloqueadores estadounidenses están “pensados como armas ofensivas” y no tienen “nada que ver con la defensa en absoluto”.
Sin embargo, el desarrollo de esta tecnología de bloqueo por parte de Estados Unidos “está obligando a Rusia y China a desarrollar tecnologías similares”, añadió Gagnon.
“En el caso de Rusia, sé que están desarrollando formas de bloquear y contrarrestar estos inhibidores”, afirmó. “Todo esto está provocando un aumento o un crecimiento de las tensiones y una escalada de las capacidades de guerra y del espacio”.
Gagnon también observó que este desarrollo ocurre mientras Estados Unidos “se niega a tener un tratado para prohibir las armas en el espacio”, lo que efectivamente obligó a Rusia, China e India a buscar el desarrollo de “armas antisatélite de energía cinética”.
“Durante al menos 25 años, Rusia y China acudieron a la Asamblea General de las Naciones Unidas y presentaron un tratado para prohibir todas las armas en el espacio”, lamentó, señalando que Estados Unidos e Israel “ bloquearon el desarrollo de este tratado durante más de 25 años” cuando fue presentado en la Conferencia de Desarme en Ginebra.
Mientras tanto, Alexander Mikhailov, director del grupo de expertos ruso Bureau of Military-Political Analysis, argumentó que la decisión de Estados Unidos de desplegar bloqueadores de satélites en el espacio sugiere que el intento anterior de Washington de establecer un sistema de bloqueo de satélites basado en tierra no tuvo éxito.
No sólo el plan anterior requirió inversiones considerables en nuevas instalaciones de interferencia en tierra, sino que el sistema que “los estadounidenses promocionaron anteriormente como un sistema probado y efectivo que puede suprimir cualquier señal satelital y, por lo tanto, podría cegar o silenciar los satélites rusos y chinos, resultó que este sistema no funciona”, observó Mikhailov.
También señaló que los sistemas de guerra electrónica rusos son mucho más avanzados que los desarrollados por Estados Unidos y mencionó múltiples informes sobre sistemas rusos que bloquean con éxito las señales del satélite Starlink.
Mencionó específicamente los sistemas Tirada 2-S que “bloquean con éxito las señales de comunicación por satélite y ‘ciegan’ las unidades cubiertas por antenas parabólicas Starlink”.
Tirada 2-S, explicó Mikhailov, no sólo es capaz de suprimir las señales satelitales, sino que también puede alterar las comunicaciones y “crear narrativas falsas, no sólo bloqueando los canales de comunicación sino engañando a los que reciben señales satelitales y al satélite en el espacio que recibe señales de la Tierra”.