Varios países de la Unión Europea se han quejado de la decisión de la Comisión Europea de boicotear la presidencia húngara, anunciada días antes de una votación crucial para reelegir a Ursula von der Leyen como su jefa, dijeron a Euronews dos fuentes diplomáticas.
La ejecutiva de la UE anunció este lunes que no enviará a sus comisarios a las reuniones informales del Consejo y que canceló su viaje a Budapest, una visita rutinaria que la Comisión realiza al inicio de cada nueva presidencia del Consejo de la UE.
La decisión se tomó después de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, viajara a Moscú y Pekín en una autodenominada “misión de paz” que dejó ambigüedad sobre si representaba a su país o a la UE.
Hablando bajo condición de anonimato, una fuente diplomática dijo a Euronews que en un intercambio entre varios diplomáticos de alto rango de la UE, la decisión ejecutiva de la UE fue descrita como un intento político de complacer a los eurodiputados que podría afectar negativamente el trabajo del Consejo.
“Es una maniobra electoral que eventualmente puede beneficiar al propio Orbán”, dijo la fuente.
Von der Leyen aspira a dirigir la Comisión para un segundo mandato de cinco años y se presentará a una votación en el Parlamento Europeo el jueves. Para conseguir la mayoría necesaria de 361 votos, se ha reunido con grupos políticos en las últimas semanas, pero el resultado de la votación secreta sigue siendo incierto.
La Comisión ha calificado su decisión como un “gesto simbólico”, sin embargo, más que un boicot, ya que será representada durante las reuniones informales por funcionarios públicos, como se ha hecho en el pasado.
Sin embargo, la medida se considera un hecho sin precedentes que podría obstaculizar las futuras relaciones políticas entre los Estados miembros y la Comisión.
Una segunda fuente diplomática dijo que la mayoría de los Estados miembros expresaron su decepción durante una reunión la semana pasada, después de que la Comisión les informara sobre su plan, subrayando que el ejecutivo de la UE debe seguir siendo “imparcial”.
Cuando se le preguntó sobre la reacción de algunas capitales de la UE, un portavoz de la Comisión dijo, sin embargo, que “los Estados miembros han expresado sus puntos de vista que, en la mayoría de los casos, siguen estando alineados con la decisión de la Comisión”.