¿Culpable o inocente?, la suerte del senador estadounidense Bob Menéndez en el juicio por corrupción en una corte de Nueva York donde enfrenta 16 cargos federales por delitos graves podría conocerse hoy tras las deliberaciones del jurado.
Esta semana, después de casi dos meses de escuchar a 37 testigos tejer una historia de lingotes de oro, dinero a manos llenas y otros detalles, la Fiscalía de Nueva York concluyó que el otrora poderoso legislador demócrata puso su «poder en venta» cuando participó en un «caso clásico de corrupción a gran escala».
Menéndez, quien fue presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cargo al que tuvo que renunciar luego de ser imputado, responde por cargos que van desde el soborno, fraude, extorsión, obstrucción a la justicia hasta recibir pagos para actuar como agente de dos gobiernos extranjeros.
Aunque su imagen ya está deteriorada, el ser declarado culpable le proporcionaría una estocada de muerte a su carrera política.
El político fue acusado junto a su esposa, Nadine Menéndez, pero son juzgados por separado. Ella se recupera de una cirugía por cáncer de mama, según los reportes de medios locales.
En los alegatos finales, lunes y martes, el fiscal Paul Monteleoni recordó al jurado que durante el allanamiento policial a la casa de los Menéndez en 2022 fueron encontrados «sobre tras sobre con dinero» (en total 480 mil dólares) entre las ropas, en armarios y dentro de una caja fuerte.
A lo anterior se suman otros 70 mil dólares encontrados en una caja fuerte perteneciente a su esposa, así como 13 lingotes de oro, cuatro de ellos de un kilogramo cada uno.
La pareja provocó –de acuerdo con la acusación- que los abogados hicieran declaraciones falsas a fiscales federales en Nueva York sobre un Mercedes-Benz convertible y pagos de hipotecas que habrían sido fruto de sobornos de empresarios que buscaban los favores del senador.
“Robert Menéndez supuestamente acordó utilizar su posición oficial para beneficiar a Wael Hana, José Uribe, Fred Daibes y el Gobierno de Egipto a cambio de cientos de sobornos”, subrayó en su momento entonces la acusación.
Menéndez sumó en enero otra raya a su lista delictiva, esta vez por tráfico de influencia, vinculado a un empresario de Nueva Jersey y un fondo de inversión de Qatar.
El demócrata ya había sobrevivido a un escándalo previo por actitudes corruptas, vinculadas a presuntos pagos por influencia política, pero el caso fue desestimado en 2018.
Aunque dice ser inocente y que limpiará su nombre, si es declarado culpable, el abogado y político de 70 años se enfrenta a la expulsión del Senado y a décadas en prisión.