Los resultados de las elecciones legislativas de Francia han dejado el panorama político fragmentado. La victoria inesperada del partido de izquierda Nuevo Frente Popular altera el equilibrio de la Asamblea Nacional y crea incertidumbre económica.
La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas ha evitado el ascenso de la extrema derecha, pero el panorama político sigue fragmentado y ningún partido ha conseguido una mayoría absoluta, lo que deja a Francia vulnerable a las incertidumbres económicas.
El triunfo inesperado del partido de izquierdas Nuevo Frente Popular, que obtuvo la mayoría de los escaños (182), ha inclinado la balanza de la Asamblea Nacional hacia la izquierda. Su líder, Jean-Luc Mélenchon, reclama al presidente Emmanuel Macron un mandato para formar un nuevo gobierno, pero Macron ha pedido a su actual primer ministro, Gabriel Attal, que permanezca temporalmente en el cargo para garantizar la estabilidad.
Tras el Nuevo Frente Popular, el partido centrista de Macron obtuvo 161 escaños y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional ganó 142 escaños.
La fragmentación del Parlamento y la posibilidad de un estancamiento político plantean riesgos considerables para la estabilidad económica y el crecimiento de Francia. Los expertos financieros están preocupados por la capacidad de Francia para implementar las reformas necesarias y mantener su calificación soberana, especialmente en un momento en que la relación deuda pública/PIB supera el 110% y la Unión Europea ha sometido a París a un procedimiento de déficit excesivo.
Aumenta el riesgo de rebaja de la calificación soberana francesa
Pablo Zaragoza, responsable de macroeconomía y tipos de interés en Europa de BBVA, señala que, si bien el riesgo de cola es menor, los factores económicos que influyen en los fundamentos de mediano plazo no han variado.
“El panorama en el Parlamento es el de una distribución equilibrada de los escaños”, afirma Zaragoza, destacando el limitado margen de maniobra para promulgar reformas estructurales audaces o una consolidación fiscal. Destaca la incertidumbre en torno al tipo de gobierno que surgirá, especialmente dadas las diferencias políticas internas dentro del bloque de izquierda.
Zaragoza también menciona que las perspectivas económicas de Francia a medio plazo siguen siendo mediocres. “Esto no solo está relacionado con los riesgos asociados al crecimiento y al equilibrio entre la oferta y la demanda de deuda pública, sino más directamente con las perspectivas de la calificación soberana de Francia”, explica. El potencial de rebajas en la calificación soberana de Francia ha aumentado debido al lento progreso de las reformas esenciales.
Roberto Cobo, estratega jefe de BBVA, destaca que la reacción del mercado al escenario de un parlamento sin mayoría absoluta ha sido positiva durante la última semana. Sin embargo, advierte de que una izquierda fortalecida podría conducir a mayores desequilibrios fiscales, lo que afectaría negativamente al euro y ampliaría los diferenciales de rendimiento franceses.
Cobo añade que “los riesgos fiscales y la parálisis política reducirán la probabilidad de cualquier acción significativa para abordar el aumento de la deuda”, lo que conducirá a un probable escenario de crecimiento débil. También señala la incertidumbre sobre la elección de Macron para el próximo primer ministro, a la espera de la nueva configuración de la Asamblea Nacional.
La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas ha evitado el ascenso de la extrema derecha, pero el panorama político sigue fragmentado y ningún partido ha conseguido una mayoría absoluta, lo que deja a Francia vulnerable a las incertidumbres económicas.
El triunfo inesperado del partido de izquierdas Nuevo Frente Popular, que obtuvo la mayoría de los escaños (182), ha inclinado la balanza de la Asamblea Nacional hacia la izquierda. Su líder, Jean-Luc Mélenchon, reclama al presidente Emmanuel Macron un mandato para formar un nuevo gobierno, pero Macron ha pedido a su actual primer ministro, Gabriel Attal, que permanezca temporalmente en el cargo para garantizar la estabilidad.