El izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) parece haber salido victorioso, aunque sólo por un pequeño margen, en la histórica contienda.
Francia se enfrenta a una legislatura sin mayoría absoluta, sin que ningún partido pueda lograr una mayoría absoluta en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias, informaron el domingo medios locales, citando las primeras estimaciones preliminares proporcionadas por la agencia de encuestas Ipsos Talan.
Se prevé que el partido de derecha Reagrupación Nacional (RN), vinculado a Marine Le Pen, que surgió como favorito el fin de semana pasado con 37 escaños, termine tercero esta vez, con entre 132 y 152 escaños.
Según las estimaciones, el Nuevo Frente Popular (NFP) no logrará una mayoría absoluta en la legislatura, ya que se espera que gane entre 172 y 192 escaños en la segunda vuelta. En la primera vuelta del fin de semana pasado, había conseguido 32 escaños de los 577 que componen la Asamblea Nacional.
La coalición de izquierda es seguida de cerca por la coalición liberal Ensemble del presidente Emmanuel Macron, que según se informa espera obtener entre 150 y 170 escaños en la segunda vuelta.
Se estima que la participación este fin de semana fue del 67,1%, según Ipsos Talan, lo que sería la más alta desde 1997, de confirmarse.
El presidente no se dirigirá a la nación el domingo, tras la votación, según informó el Palacio del Elíseo. El presidente analizará los resultados electorales antes de tomar medidas adicionales, indicó su oficina, añadiendo que esperará a que se forme el nuevo parlamento para “tomar las decisiones necesarias”. El jefe de Estado “respetará la elección del pueblo francés”, añadió el comunicado.
El primer ministro Gabriel Attal anunció tras conocerse los resultados de las encuestas a pie de urna que presentará su dimisión el martes. Fue reelegido en su circunscripción y pasará a ser diputado de la Asamblea Nacional, según los medios franceses.
Attal también afirmó que “nunca aceptaría” el hecho de que “millones” de personas en Francia votaran por aquellos a quienes llamó “radicales”. También remarcó que la “fuerza de nuestros valores” había impedido que las fuerzas radicales obtuvieran una mayoría absoluta en la legislatura.
Jean-Luc Mélenchon, líder del partido Francia Inconmovible, miembro del NFP, instó a Macron a “aceptar la derrota” y dejar que la coalición de izquierda forme el nuevo gobierno. “Hemos logrado un resultado que nos decían que era imposible”, afirmó, y añadió que “el presidente debe llamar al Nuevo Frente Popular a gobernar”.
El líder del RN, Jordan Bardella, elogió “el avance más importante en toda la historia” de su partido, pero culpó a lo que llamó una “alianza de deshonra” entre el partido de Macron y la coalición de izquierda por impedir una victoria del RN, aparentemente refiriéndose a las “retiradas tácticas” antes de la segunda vuelta.
Marine Le Pen, política veterana del partido y ex líder del mismo, dijo que tenía “demasiada experiencia como para sentirse decepcionada por un resultado en el que duplicamos el número de nuestros [diputados]”. También afirmó que la victoria final del RN “sólo se retrasa”.
Macron convocó elecciones parlamentarias anticipadas tras el buen desempeño del RN en las elecciones al Parlamento Europeo a principios de junio. Los miembros de la Asamblea Nacional se eligen en distritos uninominales mediante votación directa en dos vueltas. Un candidato puede ganar directamente en la primera vuelta si obtiene más de la mitad de los votos. Si ninguno logra esta hazaña, cualquier candidato que alcance el umbral del 12,5% pasa a la segunda vuelta.
Antes de la votación del fin de semana, el partido Renacimiento de Macron y el NFP recurrieron a lo que los medios de comunicación llamaron “retiradas tácticas”. Hasta 200 candidatos del partido del presidente y de la coalición de izquierda se retiraron de la segunda vuelta para evitar dividir el voto entre ellos y para impedir que el partido RN obtuviera una mayoría absoluta (289 escaños) en el Parlamento.