El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha recurrido al ex jefe de Gobierno Boris Johnson, que ha realizado su primera aparición en campaña a menos de 48 horas de que abran las puertas de los colegios electorales en Reino Unido, con el objetivo de contener la esperada victoria del Partido Laborista en las generales.
Johnson ha llegado a un mitin del Partido Conservador en el Museo nacional del Ejército de Londres en el que únicamente ha agradecido al ‘premier’ que le hubiera pedido que asistiera, si bien no ha tenido más palabras sobre los logros del actual inquilino de Downing Street mientras que sí ha aprovechado la ocasión para defender las políticas que promovió mientras estaba en el Gobierno.
“Si están un poco sorprendidos de verme, voy a ser absolutamente claro en que me alegró cuando Rishi me pidió ayuda. Por supuesto, no podía decir que no. Estamos aquí porque amamos a nuestro país. Cualesquiera que sean nuestras diferencias, son absolutamente triviales en comparación con el desastre al que podemos enfrentarnos si estas llamadas encuestas de opinión son correctas”, ha declarado.
En el encuentro, Johnson ha acusado al líder laborista, Keir Starmer, de intentar “instaurar el gobierno laborista más izquierdista desde la guerra con una gran mayoría”. También ha sostenido que “destruirá mucho” de lo que su formación política ha “logrado”. “Sería el colmo de la locura que estas encuestas tuvieran razón”, ha expresado.
Cuando ha dejado el atril, Sunak ha agradecido a su predecesor por su apoyo, remarcando que “tiene razón al decir que ahora es el momento de que todos los conservadores se unan para negar al laborismo esa supermayoría que anhela Keir Starmer”. “Tenemos 48 horas para salvar a Reino Unido del peligro de un gobierno laborista”, ha advertido.
Con esta llamada, Sunak ha utilizado su “botón de emergencia”, debido a que el polémico Johnson entusiasma a sus simpatizantes con su típica actuación caótica. Sin embargo, su intervención para complacer al público ha llegado demasiado tarde como para salvar a los conservadores de un eventual fracaso en las urnas, según la cadena de televisión británica Sky News.
El escándalo sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante la pandemia y conocido como ‘Partygate’ acabó por acelerar la dimisión de Johnson el 6 de septiembre de 2021, en medio de las presiones de sus propios compañeros ante el descrédito que iba adquiriendo el Partido Conservador por este y otros escándalos bajo su mandato.