Los supermercados ahora tendrán que informar a sus clientes cuando un producto sea víctima de la “shrinkflation”.
Esto significa que la cantidad de bienes ofrecidos es menor que antes, mientras que el precio se mantiene igual o aumenta.
A partir de esta semana, los minoristas deberán colocar etiquetas visibles en estos productos, según una orden ministerial publicada el 16 de abril.
Los comercios con una superficie inferior a 400m² están exentos de la normativa, que también afecta únicamente a los productos que se comercializan en cantidad constante.
Se excluyen los productos sueltos, así como los productos que se envasan en el mostrador, como quesos y cortes de carne.
El incumplimiento de la nueva norma podría suponer una multa de 3.000 euros para un particular (el gerente de un comercio, por ejemplo) y de hasta 15.000 euros para una empresa.
“La contracción inflacionaria es una estafa, vamos a ponerle fin. Quiero recuperar la confianza de los consumidores y la confianza va de la mano con la transparencia”, afirmó el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire.
La medida pretende dar a los consumidores un mayor conocimiento y control sobre su poder adquisitivo.
El año pasado, el precio de los productos alimenticios se convirtió en un importante tema de conversación en Francia cuando la inflación de los alimentos alcanzó un récord del 16%, aunque desde entonces esta cifra ha bajado al 0,8%.
El supermercado francés Carrefour, que anteriormente ha sido criticado por su política de reducción de precios, dijo recientemente a BFM Business que no habría necesidad de pegatinas en sus tiendas.
“Para luchar contra la “shrinkflation” y no penalizar a los clientes, el grupo ha puesto en marcha una estrategia destinada a identificar los productos afectados por esta práctica, para poder corregir previamente su precio con sus proveedores y su política de precios”, explicó a BFM un portavoz de Carrefour.
El nuevo decreto alentaría a los proveedores a asegurarse de que los precios sean justos, añadió la firma.
La cooperativa de minoristas Système U se ha mostrado más crítica con esta política.
“Si se aprueba un decreto, lo respetaremos y lo aplicaremos, pero no estamos contentos con ello”, declaró el director general Dominique Schelcher en enero.
Michel-Edouard Leclerc, presidente de la cooperativa E.Leclerc, también mostró su oposición a la nueva norma.
“El fabricante es el que sabe que su producto ha sido reducido en tamaño”, explicó. “Depende del fabricante escribirlo en el envase”.
Sugirió que sería una pérdida de tiempo que los supermercados aplicaran pegatinas a los productos afectados.