Israel debe estar preparado para afrontar las consecuencias si sigue adelante con sus planes de suministrar a Ucrania sistemas de defensa aérea de fabricación estadounidense, advirtió el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia.
Estados Unidos, Israel y Ucrania están negociando la entrega de hasta ocho viejos sistemas Patriot israelíes a Kiev, según informó el Financial Times la semana pasada, citando a personas familiarizadas con las negociaciones. Esto podría afectar las relaciones entre Israel y Rusia, advirtió Nebenzia el lunes, cuando Moscú asumió la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU.
“Creo que esto podría tener, por supuesto, ciertas consecuencias políticas”, afirmó el diplomático ruso.
“Las armas, sean quienes sean las que las envíen… a Ucrania, acabarán siendo destruidas, igual que otras armas occidentales y estadounidenses. Eso es obvio”, añadió.
En abril, Israel anunció sus planes de retirar sus baterías M901 PAC-2, que tienen más de 30 años, y reemplazarlas por sistemas de defensa aérea más avanzados. Sin embargo, aún no las han dejado fuera de servicio debido a la preocupación de que las crecientes tensiones con el movimiento armado libanés Hezbollah puedan derivar en una guerra total.
El último informe del FT afirmó que el acuerdo, que aún no se ha finalizado, podría permitir que los Patriots israelíes se envíen primero a los EE. UU., antes de ser suministrados a Ucrania, que está experimentando una escasez de defensas aéreas.
Durante el conflicto entre Moscú y Kiev, Israel sólo ha proporcionado ayuda humanitaria a Ucrania, absteniéndose de enviar armas. Hace un año, el Estado judío rechazó una demanda de Vladimir Zelenski para que Israel instalara sistemas de defensa aérea Cúpula de Hierro.
Rusia ha advertido repetidamente que el envío de armas extranjeras a Kiev no impedirá que Moscú logre sus objetivos militares y simplemente prolongará los combates y aumentará el riesgo de una confrontación directa entre Rusia y la OTAN.