Alrededor de 21.000 niños estarían desaparecidos en la Franja de Gaza, incluidos menores perdidos o separados de sus familias, detenidos, atrapados entre los escombros de los edificios bombardeados por Israel o enterrados en fosas comunes no identificadas, según ha denunciado este lunes la organización no gubernamental Save the Children.
La ONG ha recalcado que “es casi imposible recopilar y verificar la información” debido a la situación en Gaza, escenario de una ofensiva militar israelí desde hace más de ocho meses tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), si bien ha indicado que unos 17.000 estarían separados de sus familias y otros 4.000 estarían atrapados bajo los escombros, con una cifra desconocida de enterrados en fosas comunes.
Asimismo, ha recalcado que un número no especificado de niños figuran como desaparecidos forzosos tras ser detenidos y trasladados a territorio israelí, sin que por ahora haya información sobre su paradero y en medio de las denuncias sobre malos tratos y tortura a detenidos bajo custodia de las autoridades de Israel.
El director de Save the Children para Oriente Próximo, Jeremy Stoner, ha manifestado que “las familias se ven torturadas por la incertidumbre en torno al paradero de sus seres queridos” y ha agregado que “ningún padre debería tener que excavar en escombros o fosas comunes para intentar localizar el cuerpo de su hijo”.
“Ningún niño debería estar solo o desprotegido en una zona de guerra. Ningún niño debería ser detenido o permanecer como rehén”, ha indicado, al tiempo que ha destacado que “los niños que están desaparecidos, pero vivos, son vulnerables y hacen frente a graves riesgos de protección, por lo que deben ser localizados”.
“Deben ser protegidos y reunidos con sus familias. En el caso de los niños que han sido asesinados, sus muertes deben ser recordadas formalmente, sus familias informadas, los ritos funerarios respetados y se debe exigir responsabilidades”, ha argumentado Stoner, quien ha incidido en que “Gaza se ha convertido en un cementerio de niños, con miles de otros desaparecidos, cuyo paradero se desconoce”.
En este sentido, ha destacado que “debe haber una investigación independiente y los responsables deben rendir cuentas”. “Necesitamos desesperadamente un alto el fuego para encontrar y apoyar a los niños desaparecidos que han sobrevivido, y para evitar que más familias sean destruidas”, ha explicado.
Por su parte, un especialista en Protección Infantil de la ONG en Gaza ha relatado que “cada vez se localiza a más niños no acompañados y cada día es más difíciles apoyarles”. “Trabajamos con socios para identificar a niños separados y no acompañados y localizar a sus familias, pero no hay instalaciones seguras para ellos, ya que no hay lugares seguros en Gaza”, ha lamentado.
“Además, reunirlos con sus familiares es difícil cuando las hostilidades en curso restringen nuestro acceso a las comunidades y obligan constantemente a las familias a mudarse”, ha sostenido, antes de destacar que “los vecinos y los miembros de la familia ampliada que han acogido a niños solos tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas” y que “muchos están con extraños, o completamente solos, lo que aumenta el riesgo de violencia, abuso, explotación y abandono”.
Las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por Hamás, han indicado que cerca de 37.600 personas han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, incluidos más de 15.700 niños, mientras que expertos de Naciones Unidas han señalado que entre los cadáveres localizados recientemente en fosas comunes en el enclave hay varios menores, con algunos de estos cuerpos mostrando signos de tortura y de ejecución sumaria.
El Ejército de Israel lanzó su ofensiva contra la Franja tras los citados ataques perpetrados el 7 de octubre por Hamás, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados. A estos balances de víctimas se suman más de 520 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o en ataques por parte de colonos.